Así lo piensan investigadores italianos, basándose en dos detalles del que probablemente sea el retrato más famoso del mundo, obra de Leonardo da Vinci, gran conocedor de la fisionomía humana.
Se trata de la asimetría de la sonrisa y de la neutralidad de la parte superior del rostro de la protagonista del cuadro, precisa un comunicado de la Universidad de Cincinnati (EE.UU.) que cita un reciente estudio de tres neurosicólogos.
Para comprobar la primera tesis, los investigadores crearon dos imágenes que duplicaban e invertían cada una de las mitades de la sonrisa de la Mona Lisa.
De las 42 personas preguntadas, la gran mayoría considera que la parte derecha mostraba una sonrisa neutral, mientras que la de la izquierda se podía describir como una sonrisa feliz.