En el municipio de El Viejo en el departamento de Chinandega, inició este sábado la tradicional Lavada de la Plata en la Basílica Menor de la Purísima, donde desde hace más de dos siglos se realiza esta celebración que da paso a las festividades marianas en la antevíspera de la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María.

Los miles de peregrinos llegaron a El Viejo para participar en este servicio religioso, que consiste en lavar los exvotos y los diversos utensilios del santuario.
La Lavada de la plata es considerado por los fieles un acto de humildad, fe y amor a la Virgen, que además les invita a poner en práctica el valor del servicio comunitario. En el aspecto espiritual, la emotiva acción de lavar los objetos de plata fue presentada este año como una profunda invitación a la purificación.
La tradición busca que los devotos “laven sus corazones y el alma” para poder participar en la posterior celebración de la Gritería.
Al finalizar la actividad, los devotos disfrutaron de un brindis, el tradicional fresco de tiste y cosa de horno que es entregado a las familias por los promesantes.