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domingo, agosto 24, 2025

Sacerdote tiene 17 años prófugo tras abusar de 30 niños en internado de Bolivia

El exsacerdote uruguayo Juan José Santana Trinidad, de 36 años, al momento de los hechos, ha evadido la justicia terrenal durante casi dos décadas después de ser denunciado por cometer abusos sexuales contra al menos 30 menores de edad en el Internado Ángel Gelmi, ubicado en Tapacarí, departamento de Cochabamba, Bolivia. Su caso representa uno de los ejemplos más notorios de impunidad en crímenes contra niños dentro de la Iglesia Católica en Sudamérica.

Entre los años 2005 y 2007, Santana Trinidad estaba encargado de supervisar el ala masculina del internado rural, donde tenía bajo su responsabilidad a niños y adolescentes con edades comprendidas entre 8 y 17 años.

Según información publicada por la agencia de noticias Infobae, el religioso invitaba a los menores a su habitación con el pretexto de mostrarles películas, para luego encerrarlos y someterlos a diversos tipos de agresiones sexuales, incluyendo masturbación forzada y violación.

En noviembre de 2007, el arzobispo Tito Solari decidió convocar una conferencia de prensa para abordar frontalmente el escándalo que comenzaba a filtrarse: «Uno de nuestros sacerdotes ha cometido abusos deshonestos contra menores albergados en uno de nuestros internados«, admitió Solari, quien además ofreció una disculpa pública, prometió asistencia psicológica a las víctimas y anunció la plena colaboración de la iglesia con la Fiscalía boliviana en la investigación del caso, según detalla el medio Infobae.

Para cuando el escándalo salió a la luz pública, Santana Trinidad ya había abandonado Bolivia y, a pesar de haberse emitido un exhorto internacional a través de Interpol, nunca fue capturado. En mayo de 2008, la justicia boliviana lo declaró oficialmente en rebeldía y, posteriormente, en 2011, la Iglesia Católica formalizó su expulsión del sacerdocio. Sin embargo, su detención nunca se concretó.

Desde su huida de Bolivia, el exsacerdote ha vivido prácticamente recluido en la casa de sus padres en Salto, Uruguay, saliendo apenas al anochecer para caminar unas pocas cuadras. De acuerdo con medios uruguayos, Santana Trinidad mantiene un perfil bajo extremadamente riguroso: en 17 años apenas ha recibido a tres periodistas y sistemáticamente rechaza hablar abiertamente sobre las acusaciones que pesan en su contra.

A lo largo de estos años, el exsacerdote ha concedido contadas entrevistas. En abril de 2010, conversando con el diario La República, se limitó a expresar que se sentía «muerto» tras el escándalo, sin ofrecer detalles adicionales sobre los hechos.

Más recientemente, en junio de 2023, el periódico boliviano El Deber logró entrevistarlo; en esa ocasión, Santana Trinidad admitió sentirse «destrozado» por la situación, pero responsabilizó a las circunstancias de su vida por lo ocurrido, sin asumir plenamente las acusaciones.

La entrevista más reciente data de agosto de 2025, cuando El País de Uruguay volvió a establecer contacto con él; en esa oportunidad, el exreligioso volvió a esquivar el tema declarando: «Prefiero no decir nada… es muy difícil y doloroso«.

Las asociaciones de víctimas bolivianas continúan exigiendo que Uruguay haga efectivo el pedido de extradición del acusado. Por su parte, las autoridades de Cochabamba han reiterado en múltiples ocasiones la urgencia de que el exsacerdote comparezca ante los tribunales bolivianos, pero el caso parece estancado en un complejo limbo diplomático y legal, según reporta El Deber.

Este doloroso caso se suma a la extensa lista de escándalos globales de abusos en la Iglesia Católica, y pone nuevamente en evidencia la problemática de la impunidad para agresores que cuentan con protección eclesiástica, así como las enormes dificultades que enfrentan las víctimas cuando buscan justicia, especialmente cuando los presuntos agresores logran cruzar fronteras antes de ser procesados.

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