La señora Sylvia Ruth Torres, miembro del movimiento feminista nicaragüense y furibunda partidaria de los golpistas, escribió una grave denuncia contra el Cardenal Leopoldo Brenes y la jerarquía católica, a quienes acusa de encubrir y proteger a curas pederastas.
La señora Torres se define en su página de Facebook como «experta en género, consultora y periodista independiente», y que trabaja como corresponsal en Nicaragua del Servicio de Noticias de la Mujer de Latinoamérica y el Caribe.
Torres escribió un artículo titulado «Nicaragua: La mujer del Cura, 13 sacerdotes impunes por violación», publicado entre otros, por el diario mexicano Rotativo de Querétaro, el 27 de junio del año pasado.
En su escrito, Sylvia Torres expone el caso de una niña de 13 años, estudiante de un colegio privado en un departamento cercano a la capital, quien fue violada y embarazada, y el cual dice es apenas, uno de los 13 hechos denunciados por organizaciones de mujeres, los cuales están en la impunidad, protegidos por obispos y cardenales.
Señala que en la Investigación «Vidas robadas», realizada por la fundación Axayacatl, de Masaya, y presentada en un video documental, María Eugenia Delgadillo señala que en el caso del sacerdote Alejandro Martínez Chavarría, el padre de la menor pasó un calvario para iniciar un juicio.
Durante la presentación pública del video, el hombre hizo un llamado a la población a tener cuidado al dejar a sus hijos con cualquier persona. La niña participaba en el coro religioso y le pidieron permiso para que fuera a evangelizar; fue entonces que el sacerdote empezó a violarla repetidamente, hasta que la embarazó.
El artículo también reseña que el arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, protege a Armando Rodríguez, acusado de acoso sexual en el colegio la Purísima, y también brindó refugio a Enrique Vargas Vásquez, acusado en 2004, en Costa Rica, de abusar de cuatro niños.
Agrega además que, con la complicidad del Cardenal Brenes, en 2002 se favoreció el cura pederasta Zenón Corrales, para entonces ubicado en el departamento de Matagalpa y luego en San Rafael del Norte.
Corrales, después de abusar de muchos niños en los departamentos antes mencionados, fue trasladado por el cardenal Brenes, en ese entonces obispo, a México, donde fue recibido y protegido por el cardenal Norberto Rivera, conocido protector de curas abusadores sexuales en su país.
También indica que Monseñor Juan Abelardo Mata protegió a cuatro curas pederastas: Jimmy Prudencio y Francisco Bayardo Alfaro, quienes en 2007 y 2010, respectivamente, abusaron de varios monaguillos; Arnoldo Avilés, abusador de niños, y Antonio José Meza Abadía, abusador de una niña.
En la lista siguen Simeón Murillo, Aristegui Torres en la zona del Caribe norte, donde la población es mayoritariamente negra, miskita o mestiza y muy pobre.
Allí, el cura Mario Alemán preñó a una profesora en 2014 y acudió al monseñor Jorge Solórzano, para huir del delito.
Adicionalmente, dijo, las autoridades eclesiásticas y jurídicas protegen a los religiosos. En Masaya, agregó, el Movimiento Axayacatl y la familia acudieron al Nuncio y a la Conferencia Episcopal. Esta última dijo que el cura estaba en retiro espiritual. La violación y embarazo quedaron en la impunidad.
El único que pisó la cárcel, en Italia, fue el sacerdote Marcos Dessi, acusado en su país por jóvenes nicaragüenses que estuvieron internos en un orfanato bajo su dirección. La justicia italiana lo encontró culpable y también le descubrieron pornografía infantil.
Este caso fue muy duro para las víctimas, porque el pederasta había fundado un coro infantil y mantenía varias obras de progreso en Chinandega, una ciudad del occidente nicaragüense.
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