En la provincia de Célebes Meridional, en Indonesia, una pitón gigante se tragó por completo a una mujer de 36 años llamada Siriati. Y para colmo, es el segundo caso registrado en apenas un mes.
Siriati salió de su casa el pasado martes por la mañana para comprar medicinas para su hijo enfermo. Pero nunca regresó, lo que puso a su familia en un estado de angustia tremenda.
Su marido, Adiansa, salió a buscarla y encontró sus chinelas y pantalones tirados en el suelo, a unos 500 metros de la casa.
El jefe de la Policía local, Idul, informó que los pobladores poco después vieron a una enorme serpiente a diez metros del camino.
El reptil todavía estaba viva, pero no por mucho tiempo. Los lugareños, armados con machetes, mataron a la pitón de ocho metros de largo. Le cortaron la cabeza y una hora después pudieron sacar el cuerpo de la pobre Siriati.
Y aquí viene lo más increíble, dicen que el animal ni se defendió porque estaba tan panzón que no podía ni moverse.
Lo más preocupante es que este es el segundo caso en un mes. En junio, encontraron los restos de otra mujer dentro de una pitón de cinco metros. Parece que estos animales se están pasando de la raya.
Esta noticia nos recuerda lo peligrosa que puede ser la naturaleza.