En el cementerio del barrio San Felipe, de la ciudad de León, se le dio cristiana sepultura ayer jueves al señor Pablo Obando Dávila, de 64 años, quien fue asesinado a balazos por mareros armados en Guatemala, el pasado sábado 5 de noviembre.
Los restos de don Pablo llegaron a León el martes y fue velado durante dos noches por sus familiares y amistades, quienes expresaron que el infortunado era un hombre responsable, trabajador y generoso.
La señora Sandra Cuadra exigió justicia a las autoridades guatemaltecas porque su esposo no era un perro, sino un ser humano, al que se lo mataron.
La joven Jessica Obando expresó que recordará a su padre como un hombre culto, responsable, trabajador, honesto y un buen padre con sus hijos”.
La Policía Nacional Civil informó que el crimen sucedió en el kilómetro 4.5 de la carretera al Atlántico y fue cometido en el bus de la empresa de excursiones “Jessenia”, en el cual se transportaban pasajeros con destino a Nicaragua.
Al llegar frente al Centro Comercial Walmart dos sujetos vestidos de negro a bordo de una motocicleta negra desenfundaron un arma de fuego y dispararon contra el conductor y el ayudante del bus.
Además de matar a don Pablo Obando Dávila, los delincuentes también hirieron al ayudante Santiago Martín Fonseca Rodríguez, de 48 años.