¡Qué tristeza más grande! La comunidad circense de Nicaragua está de luto tras la muerte de Franklin Solís Castro, un talentoso artista oriundo de Somotillo, Chinandega, que falleció trágicamente mientras hacía una presentación de equilibrismo en Tegucigalpa, Honduras. El accidente pasó el pasado viernes 4 de abril y ha dejado destrozada a su familia y compañeros.

Todo ocurrió a las 8:30 de la noche, cuando el circo estaba lleno de familias disfrutando del espectáculo. Franklin estaba haciendo su número cuando de repente perdió el equilibrio, cayó e impactó su cabeza contra una silla.
Sus compañeros de circo corrieron a ayudarlo mientras esperaban que llegara la ambulancia. Hicieron todo lo que pudieron para atenderlo, pero cuando por fin llegaron los paramédicos, ya no había nada que hacer. Franklin había fallecido por el fuerte golpe que se dio.

Franklin no era cualquier artista de circo. Era un verdadero orgullo nicaragüense que había llevado su talento por un montón de países. Trabajó en Rusia, Cuba y varios lugares más, representando a Nicaragua con su arte y dedicación. Era conocido por sus impresionantes números de equilibrio, que dejaban con la boca abierta a la gente.
Los que lo conocieron dicen que llevaba años trabajando en circos y que era un artista completamente dedicado a su profesión. Por algo se había ganado el apodo de «el Gangster del equilibrio», porque nadie hacía lo que él podía hacer en la pista.
El dolor de su familia
La noticia ha sido devastadora para su familia, especialmente para su hijo Samer Yasid Solís, quien expresó su dolor en Facebook con un mensaje que parte el alma: «Se nos fue mi padre, el hombre con más amor por el circo pero sobre todo por su familia, el mejor de todos mi padre Franklin Solís Castro. Hoy el cielo recibe a un hombre que amó la vida, amó a su familia, amó a sus nietos, hijos, esposa, hermanos. Que Dios lo reciba en su santa gloria.»

Samer pidió «un aplauso hasta el cielo» para su papá, recordándolo como «el maestro de los Equilibrios» y asegurando que aunque ya no esté físicamente, «permanecerá en los corazones de todos los que lo queremos».
Su legado
Franklin Solís Castro deja un gran vacío en la comunidad circense nicaragüense. Era uno de esos artistas que hacen quedar bien a Nicaragua donde quiera que van. Sus compañeros lo recuerdan como un profesional dedicado que amaba lo que hacía y siempre buscaba superarse.
Los que asistían regularmente al circo donde trabajaba Franklin dicen que sus actos eran de los más esperados por el público. Su carisma y habilidad para mantener el equilibrio en situaciones extremas lo hacían único.
Mientras tanto, se están haciendo los trámites para repatriar su cuerpo a su natal Somotillo, donde seguramente recibirá un emotivo último adiós de parte de sus familiares, amigos y la comunidad que lo vio crecer antes de convertirse en una estrella internacional del circo.
La muerte de Franklin nos recuerda lo peligroso que puede ser el trabajo de los artistas circenses, quienes arriesgan su vida en cada función para entretener al público. Son verdaderos héroes anónimos que muchas veces no reciben el reconocimiento que merecen hasta que ocurre una tragedia como esta.