Sumergido en la crisis social que enfrenta el país desde octubre, el fútbol chileno abrió la puerta a la Libertadores pese a la ola de violencia desatada por barras bravas. El pasado fin de semana, los enfrentamientos entre hinchas y policías se repitieron dentro y fuera de los estadios y un partido del Campeonato local se canceló, encendiendo las alarmas de cara al duelo copero.
El fallecimiento de un fanático de Colo Colo la semana pasada, atropellado por un camión de la Policía, fue el detonante de un nuevo estallido de violencia que obligó a la dirigencia de la ‘U’ a solicitar a Conmebol adelantar el inicio del choque ante Internacional de Porto Alegre. “Estamos aquí para cumplir con un compromiso internacional. Todos alentamos que todo ocurra normalmente”, dijo el presidente del Inter, Marcelo Medeiros.
Sin embargo, los disturbios se hicieron presentes y opacaron el encuentro que acabó 0 a 0 y no se detuvo. El enfrentamiento entre un grupo de barras del cuadro local y la policía se dio en las afueras del Estadio Nacional durante el cotejo. Allí, un puñado de hombres armados con palos y piedras intentó irrumpir en el recinto y detener el encuentro.
Mientras tanto, desde las gradas, el público inició a insultar al presidente Sebastián Piñera. Cuando el partido llegó a su fin, varios aficionados grabaron el fuego que se desató desde una de las bocas de ingreso a una de las cabeceras del estadio. Personal de Fuerzas Especiales pudo dispersar a los manifestantes con carros hidrantes. Aún no hay oficial cifra de detenidos o heridos.
Universidad de Chile e Inter de Porto Alegre empataron 0-0 en deslucido duelo de ida por la 2da fase de la Copa Libertadores América 2020 este martes en Santiago. La expulsión de Walter Montillo por doble amarilla a los 65 minutos obligó a los locales a defender en los minutos finales a un equipo brasileño que perdonó el hombre menos de su rival dejando la llave abierta