Muchos de los sobrevivientes del COVID-19 están perdiendo el cabello, así lo revela un reciente estudio realizado en unos 38 países.
La doctora Esther Freeman aseguró que hay un incremento en el número de personas que experimentan pérdida de cabello durante su recuperación.
Este tipo de alopecia se conoce como efluvio telógeno y es causado por el estrés físico o emocional. Es una muda de cabello temporal que puede durar hasta ocho meses, pero en ocasiones se vuelve un problema crónico.
“Después de experimentar estrés fisiológico, hay una condición que afecta el ciclo de crecimiento de los folículos capilares. Se llama efluvio telógeno y se puede ver después de muchos tipos diferentes de enfermedades, incluidas la malaria y la tuberculosis”, señaló la especialista.
El efluvio telógeno se manifiesta generalmente tres meses después del episodio de estrés y afecta tanto a hombres como a mujeres.
Aunque no hay evidencia de que el coronavirus en específico detone una caída anormal de cabello, cualquier enfermedad grave puede genera este tipo de alopecia, por lo que el COVID-19 entra dentro de esta categoría.