El embarazo adolescente puede cambiar la trayectoria de la vida de una persona, pero ahora un nuevo estudio sugiere que también podría acortar esa vida.
Investigadores canadienses informan que las mujeres que estuvieron embarazadas en la adolescencia tenían más probabilidades de morir antes de cumplir los 31 años.
«Cuanto más joven era la persona cuando quedó embarazada, mayor era su riesgo de muerte prematura», dijo al New York Times el primer autor del estudio, el Dr. Joel Ray, especialista en medicina obstétrica del Hospital St. Michael, en Toronto. «Algunas personas argumentarán que no deberíamos juzgar esto, pero creo que siempre hemos sabido intuitivamente que hay una edad que es demasiado temprana para el embarazo».
El estudio, que aparece en la edición del 14 de marzo de la revista JAMA Network Open, recurrió a un registro de seguros de salud para rastrear los resultados del embarazo entre poco más de 2 millones de adolescentes en Ontario, Canadá. Esa base de datos incluía a todas las niñas que tenían 12 años entre abril de 1991 y marzo de 2021.
Incluso después de sopesar factores de confusión como otros problemas de salud, ingresos y educación, las adolescentes que llevaron los embarazos a término tenían más del doble de probabilidades de sufrir una muerte prematura.
El panorama era igual de grave para las adolescentes que tenían embarazos ectópicos, en los que el óvulo fertilizado crece fuera del útero, o embarazos que terminaban en muerte fetal o aborto espontáneo.
Aunque los peligros se redujeron un poco entre las mujeres que habían interrumpido un embarazo en la adolescencia, esas mujeres seguían teniendo un 40 por ciento más de probabilidades de morir prematuramente, en comparación con las que no habían estado embarazadas en la adolescencia.
Aun así, las mayores probabilidades de muerte prematura se observaron entre las mujeres que quedaron embarazadas antes de los 16 años y las que estuvieron embarazadas más de una vez en la adolescencia.