El sacerdote católico Isaac Achi fue quemado vivo por un grupo de delincuentes quienes además incendiaron una vivienda en la aldea de Kafin-Koro, en el estado de Níger, en Nigeria.
Los sujetos quemaron la casa del padre al ver que no podían entrar por la fuerza por lo que el reverendo murió calcinado; además le dispararon a otro cura identificado únicamente como el padre Collins cuando intentaba escapar.
El cuerpo del primer cura fue recuperado dentro de los escombros de la vivienda mientras que el sacerdote herido fue trasladado a un centro asistencial cercano, para recibir tratamiento médico.
Horas después, otro grupo de delincuentes invadió otra casa católica ubicada en la aldea Tsauni, en el estado de Katsina, y secuestraron a cinco personas que se alistaban para asistir a la misa dominical.
Nigeria es el país más poblador de África y actualmente enfrenta un problema de seguridad pública.