El paso del huracán Otis se sintió con fuerza en el Estado de Guerrero, especialmente en el centro turístico de Acapulco, donde se reportan 27 muertos y cuatro desaparecidos, según informó la secretaria de Seguridad, Rosa Rodríguez.
El fenómeno meteorológico tocó tierra en Guerrero durante la madrugada del miércoles, dejando a su paso edificios derruidos, árboles caídos e inundaciones, con particular impacto en la icónica zona hotelera de Acapulco y las localidades aledañas.
Esta catástrofe ocurre poco tiempo después de que el huracán Norma afectara al extremo sur de la península de Baja California.
A raíz de Otis, el 80% de los hoteles en Acapulco han sufrido daños, mencionó la gobernadora de Guerrero, Evelyn Salgado, en una reciente conferencia de prensa.
Manuel López Obrador, presidente de México, destacó la magnitud de la destrucción causada por Otis, señalando que «no quedó ni un solo poste de tendido eléctrico en la zona del impacto».
Asimismo, compartió una noticia trágica sobre la muerte de un soldado, quien perdió la vida luego de que una pared de su vivienda se desplomara sobre él.
Finalmente, López Obrador comparó la intensidad de Otis con el huracán Pauline de 1997, que dejó grandes destrozos en Acapulco y resultó en la muerte de más de 300 personas.
De acuerdo con el mandatario, Otis ha demostrado ser aún más potente que aquel trágico evento de hace décadas.