Una de las hipótesis en torno al asesinato del fiscal paraguayo Marcelo Pecci es que fue ultimado por sicarios colombianos que llegaron a la isla Barú, en Cartagena, Colombia.
Marcelo y su esposa Claudia Aguilera disfrutaban de su luna de miel, pues hace 4 días se habían casado en su natal Paraguay.
Las autoridades de Paraguay creen que la orden para matarlo fue dada por organizaciones delincuenciales de ese país, afectadas por los procesos que llevaba a cabo el funcionario contra redes de narcotráfico y crimen organizado.
Además, se trasladaron a Colombia con una lista de los grupos criminales que se beneficiarían con este homicidio.
Consideran que el asesinato de Marcelo Pecci también es una advertencia de esas bandas contra otros fiscales que llevan procesos similares a los de su víctima.
Marcelo Pecci tenía una hoja de vida intachable, jamás se vio involucrado en hechos de corrupción y logró la condena de varios narcotraficantes.
Hasta el momento, las autoridades paraguayas circularon la fotografía de uno de los sospechosos del crimen y darán recompensa a las personas que brinden información.