Los que algún día fueron los principales aliados del capo mexicano Joaquín el “Chapo” Guzmán ahora se convertirán en sus mayores verdugos.
Las autoridades estadounidenses “reclutaron” a “numerosos líderes de carteles colombianos para testificar sobre los envíos de drogas a Guzmán a través de rutas aéreas, marítimas y terrestres”, en la antesala de uno de los juicios más mediáticos de la historia de ese país.
Uno de estos capos es Diego Montoya, exjefe del cártel del norte del Valle, quien declaró que el jefe del cartel de Sinaloa le compraba 15 toneladas de cocaína al año, la mayoría de las cuales salían en aviones Commander y Convert que aterrizaban en los aeropuertos de Los Mochis, en México.
Antes de ser sometido a una cirugía en su pierna izquierda, Don Diego se comprometió a servir de testigo en el juicio contra el “Chapo”, afirmando que conoce los nombres de ingenieros rusos que fueron enviados por el capo mexicano a Colombia para ensamblar submarinos y moverle droga desde el Pacífico para proveer a Ismael el “Mayo” Zambada y al expolicía Juan José el “Azul” Esparragoza.
Fuentes federales confirmaron al diario colombiano El Tiempo que el FBI se encuentra recopilando los testimonios de los proveedores del “Chapo”, con el objetivo de garantizar que el capo sea condenado a cadena perpetua. “Muchos fueron asesinados, pero otros sobrevivieron, como Juan Carlos Ramírez Abadía, “Chupeta”, quien va a colaborar”, dijo una agente a El Tiempo.
La lista de testigos también incluye a los capos Efraín Hernández, Iván Urdinola, Arcángel Henao, Francisco Cifuentes y Giovani Caicedo, todos colaboradores de Guzmán desde los 90. Caicedo, que ya cumplió su condena, tras una ventajosa negociación permanece preso en Brooklyn para garantizar su comparecencia en el juicio que iniciará el 16 de abril próximo.