Una violenta explosión sacudió esta mañana la planta de coquización U.S. Steel Clairton Coke Works, desatando un masivo incendio y varias detonaciones secundarias alrededor de las 10:51 a.m.

El saldo trágico hasta el momento incluye un trabajador fallecido y dos más que permanecen desaparecidos entre los escombros, según confirmó Kasey Reigner, vocera de los Servicios de Emergencia del condado de Allegheny.
Al menos 10 empleados resultaron heridos con lesiones de diversa gravedad; 7 fueron trasladados a centros médicos de la red Allegheny Health Network, mientras que 3 casos más graves fueron ingresados en el Centro Médico Mercy de la Universidad de Pittsburgh, especializado en trauma y quemaduras.
La instalación industrial, ubicada a orillas del río Monongahela en Clairton, Pensilvania, quedó parcialmente destruida mientras una densa columna de humo negro podía observarse desde varios kilómetros a la redonda, provocando una inmediata movilización de los equipos de emergencia hacia el lugar del siniestro.
Una planta de coquización es una instalación industrial especializada donde se transforma el carbón mineral en un producto llamado coque, mediante un proceso de destilación a altas temperaturas (entre 1000-1100°C) en ausencia de oxígeno. El coque es un combustible sólido con alto contenido de carbono y muy pocas impurezas, que resulta fundamental para la industria siderúrgica (fabricación de acero).

Un despliegue coordinado de unidades de bomberos, paramédicos y brigadas de la Oficina de Emergencias del condado trabaja intensamente en el lugar. Los rescatistas utilizan grúas y herramientas hidráulicas para retirar vigas retorcidas y toneladas de material calcinado en busca de los trabajadores desaparecidos.
Por razones de seguridad, las autoridades han solicitado a los residentes que eviten acercarse a la zona y mantengan despejadas las vías de acceso para facilitar el tránsito de ambulancias y camiones cisterna que apoyan la operación.
El Departamento de Salud del condado estableció un perímetro de vigilancia para monitorear la calidad del aire en un radio de una milla alrededor de la planta. Hasta el momento, los técnicos informan que no se han detectado niveles de hollín o dióxido de azufre que superen los límites federales permitidos.
Sin embargo, como medida preventiva, recomiendan a los vecinos mantener puertas y ventanas cerradas, además de utilizar la función de recirculación en sus sistemas de aire acondicionado para minimizar la exposición a posibles contaminantes.
Este grave incidente ocurre mientras se desarrolla un proceso de modernización valorado en más de 2,000 millones de dólares en el complejo Mon Valley Works, un proyecto conjunto entre U.S. Steel y Nippon Steel. La planta siniestrada es reconocida como la mayor instalación de coquización de Norteamérica, lo que añade particular relevancia industrial al incidente.
Hasta el momento, la compañía no ha emitido declaraciones oficiales sobre cuándo podrían reanudarse las operaciones ni sobre el estado general de las instalaciones afectadas.