El narco mexicano Joaquín «El Chapo» Guzmán se declaró este viernes «no culpable» ante un tribunal en Nueva York, donde fue acusado de haber dirigido uno de los cárteles de la droga más poderosos de los últimos años.
Extraditado el jueves desde México, Guzmán fue inculpado de 17 cargos: el primero de ellos, que lo acusa de haber dirigido el cartel de Sinaloa, puede implicar la cadena perpetua.
Durante años, el cartel de Sinaloa envió y distribuyó varios miles de toneladas de heroína, cocaína, marihuana y metanfetamina a Estados Unidos.
A cambio de la extradición de Guzmán, las autoridades estadounidenses se comprometieron a no pedir la pena de muerte en su caso.
Estados Unidos también acordó «intentar recuperar al menos una parte» de los cerca de 14.000 millones de dólares de ingresos que obtuvo «El Chapo», precisó el fiscal federal de Brooklyn, Robert Capers.
El fiscal se declaró satisfecho por la cooperación con México y entre las agencias y jurisdicciones federales que permitieron llevar ante los tribunales estadounidenses a «uno de los más peligrosos» y más inasibles narcotraficantes, cuyo imperio abarcaba «desde Sudamérica hasta Canadá».
Su llegada a Estados Unidos el jueves en la noche puso fin a un extraordinario juego del gato y el ratón entre las autoridades mexicanas y el barón de la droga de 59 años, que se volvió legendario entre otras cosas por sus espectaculares fugas carcelarias.