El hombre, de 26 años, era conocido por la justicia por diversos hechos, inclusive algunos ligados a problemas psiquiátricos, explicó la Fiscalía de Bruselas luego de su detención en las inmediaciones del céntrico centro comercial.
El sospechoso había contactado él mismo a la policía por la mañana, afirmando que había sido secuestrado y liberado en ese lugar con un cinturón de explosivos que tenía que ser accionado a distancia por una tercera persona. Pero una vez localizado y detenido, el servicio de artificieros sólo le encontró un cinturón que contenía sal y galletas.