La madrugada del viernes, el municipio de El Tuma – La Dalia, en el departamento de Matagalpa amaneció envuelto en una dolorosa tragedia, en la humilde vivienda del barrio Linda Vista, los cuerpos sin vida de dos pequeños hermanos, un niño de 5 años y su hermanita de 3, ambos de apellidos Flores Vílchez, fueron hallados sobre su cama.

Las inocentes criaturas llevaban más de dos días fallecidos cuando los vecinos, alarmados por el silencio y el olor que se filtraba, alertaron a las autoridades.
Dentro de la casa, los agentes encontraron un escenario estremecedor, pues en una de las paredes, escrita con tinta temblorosa, la madre identificada como Guadalupe Vílchez, de 25 años de edad, había dejado un mensaje lleno de culpa y desesperación.
“Lo siento, perdón, ya no podía más. Me disculpo por esto, pero si ya no estoy yo… ¿con quién se quedarían ellos?”, se leía el mensaje perturbador de la mujer.

Las primeras investigaciones apuntan a que la mujer habría quitado la vida a sus hijos estrangulándolos.
La noticia ha desatado una ola de conmoción en toda Matagalpa y se han unido en oraciones para el descanso eterno de las criaturas.
Por esta tragedia la Copresidenta de Nicaragua, compañera Rosario Murillo, lamentó el horrendo hecho y expresó que la mujer fue evaluada por especialistas de salud mental quienes anteriormente la habían atendido en un establecimiento de salud mental del Minsa.
PIDIÓ PERMISO EN SU TRABAJO Y SE AISLO DE TODO
Lugareños relataron que la joven madre había pedido permiso en su trabajo para ausentarse durante tres días. En ese tiempo, permaneció incomunicada, sin responder llamadas ni mensajes, lo que levantó sospechas.
Fue un familiar quien, al llegar a la casa, se encontró con la escena desgarradora. Guadalupe abrió la puerta entre lágrimas y solo pudo decir: «Mis niños están muertos.»
En un inicio, aseguró que los pequeños “amanecieron muertos”, luego cambió su versión y culpó a un supuesto ladrón. Sin embargo, las pruebas forenses y su comportamiento ante los investigadores la llevaron a confesar el crimen.
Los cuerpecitos de los niños fueron entregados a sus familiares paternos y sepultados tras un breve acto religioso. La escena, rodeada de llanto y preguntas sin respuesta, ha dejado una herida profunda en toda la comunidad.