El asesinato de Radhika Yadav, una tenista de 25 años y entrenadora de nivel estatal en India, ha conmocionado a la comunidad deportiva y ha generado un amplio debate sobre violencia doméstica, presión social y dinámicas familiares. Este caso ocurrió el 10 de julio de 2025 en Gurgaon, Haryana, cuando su propio padre le quitó la vida de la manera más cruel.

Radhika Yadav fue asesinada a tiros por su padre, Deepak Yadav, de 49 años, en su residencia familiar. El crimen tuvo lugar mientras Radhika cocinaba, y Deepak le disparó cinco veces por la espalda, según reportes de The Hindu. La policía de Gurgaon confirmó el arresto de Deepak, quien confesó el acto, aunque algunos reportes iniciales mencionaron tres disparos.
El caso está bajo investigación, y los detalles exactos del motivo continúan siendo analizados. Las investigaciones sugieren que el crimen fue premeditado y planeado durante tres días, con Deepak comprando una pistola para perpetrar este horrendo acto. Esta premeditación hace que el asesinato sea aún más escalofriante, ya que demuestra que no fue un acto impulsivo sino una decisión calculada.
Los motivos

Según NDTV, Deepak estaba molesto por las burlas de vecinos, quienes lo acusaban de vivir mantenido por su hija. Además, había invertido aproximadamente Rs 2 crore (USD 240,000) en una academia de tenis donde Radhika trabajaba, y le pidió que la cerrara, pero ella se negó.
The Hindu añade que Deepak estaba influenciado por amigos celosos que criticaban el estilo de vida de Radhika, incluyendo su uso de maquillaje, ropa deportiva ajustada y publicaciones en redes sociales.
Radhika enfrentaba un ambiente opresivo en casa, descrito por su amiga Himaanshika Singh Rajput como «asfixiante». Según Himaanshika, los padres de Radhika eran ortodoxos y estaban influenciados por presiones externas, lo que hizo que su vida se volviera miserable 10 días antes del asesinato. Radhika había aceptado someterse a las demandas familiares, pero las tensiones persistieron.
La familia de Radhika vivía en una casa de dos pisos en Sushant Lok, Gurgaon. Durante el crimen, Deepak aseguró que la madre de Radhika estuviera en otra habitación, envió a su hijo fuera de la casa y mantuvo al perro de la familia, un pitbull llamado Luna, fuera para evitar interferencias. Deepak fue descrito como alguien con un temperamento corto y problemas psicológicos.
Radhika enfrentaba restricciones en casa, como ser regañada por regresar a las 8 p.m. o por usar ropa deportiva, lo que generaba tensiones adicionales. En la academia, también enfrentó acoso de entrenadores masculinos mayores, y Deepak había amenazado a uno de ellos en el pasado. Además, Radhika planeaba mudarse a Australia para estudios superiores, lo que podría haber exacerbado los conflictos familiares.
El testimonio de su mejor amiga

Himaanshika Singh Rajput, amiga de Radhika por más de una década, compartió videos en Instagram el 12 y 13 de julio de 2025, describiendo a Radhika como «bondadosa e inocente» y cuestionando el crimen como un acto motivado por el «ego frágil de los hombres». Mencionó que Radhika solía enviar snaps en Snapchat para mantener su racha, y su última comunicación fue un snap negro el día antes de su muerte.
Himaanshika descartó teorías como «love jihad» y enfatizó las presiones familiares como el factor principal. Después del asesinato, se le escuchó decir a Deepak a un familiar: «Debería ser ahorcado», mostrando una aparente conciencia de la gravedad de su acto, pero ya era demasiado tarde para Radhika.
El caso ha sido ampliamente cubierto por medios en todo el muno. NDTV publicó artículos destacando que Radhika era soltera y enfocada en el tenis, desmintiendo rumores sobre convertirse en influencer digital. The Hindu informó sobre la premeditación del crimen y las declaraciones de Himaanshika.
La muerte de Radhika ha generado un debate sobre la violencia doméstica y las presiones sociales que enfrentan las mujeres jóvenes en India, especialmente aquellas que buscan independencia en sus carreras. Su legado como tenista dedicada y su trágico final han sido lamentados por la comunidad deportiva, mientras que su caso resalta la necesidad de abordar problemas como el acoso familiar y la presión social.
Radhika Yadav tenía apenas 25 años cuando su vida fue brutalmente cortada por quien debería haberla protegido. Su historia se convierte en un recordatorio doloroso de cómo las presiones sociales y la violencia doméstica pueden destruir vidas prometedoras en una sociedad que aún lucha por aceptar la independencia femenina.