Japón comenzó este jueves el vertido de más de un millón de toneladas de agua radioactiva procedente de la planta de energía nuclear de Fukushima al océano Pacífico, según informaron varios medios nipones.
El operador de la instalación, Tokyo Electric Power (TEPCO), informó que la liberación del agua comenzaría aproximadamente a las 13:00, hora local (04:00 GMT). «La bomba de agua de mar A se activó», confirmó la empresa.
Esta bomba se encargará de trasladar el primer volumen de agua tratada, ya diluida, desde una piscina de mezcla a una secundaria, y de ahí al océano Pacífico a través de un túnel submarino.
Este agua se recolecta y se reutiliza parcialmente como líquido refrigerante tras ser tratada. El volumen sobrante se conserva en alrededor de 1,000 tanques, que están al borde de su capacidad, al 98%.
Se proyecta que la primera liberación, que comprende 7,800 toneladas de agua tratada, se extienda por cerca de 17 días.
El Gobierno chino ha mostrado su clara desaprobación y condena en relación con la decisión tomada por Tokio.
A través de su portavoz, la Cancillería señaló que Japón no ha justificado la legitimidad de su resolución de liberar el agua al mar, ni ha proporcionado garantías sobre la confiabilidad del dispositivo de purificación de agua con contaminación nuclear.
“El océano es un bien compartido por toda la humanidad”, destacó la Cancillería china, añadiendo que «verter al mar el agua contaminada de Fukushima es una acción sumamente egoísta e irresponsable que pasa por alto los intereses internacionales«.
Por su parte, el primer ministro surcoreano, Han Duck-soo, ha solicitado a Japón que proporcione detalles sobre las emisiones de agua residual de la planta nuclear de Fukushima que serán liberadas al mar durante las próximas tres décadas.
La Administración General de Aduanas de China tomó medidas inmediatas y anunció la suspensión total de las importaciones de productos marinos provenientes de Japón.
Esta medida tiene como finalidad mitigar los riesgos de contaminación radiactiva derivados de la liberación de aguas residuales nucleares y garantizar la seguridad alimentaria y la salud de los ciudadanos chinos.
Recordemos que en marzo de 2011, la planta de Fukushima Daiichi sufrió graves daños tras un devastador terremoto de magnitud 9.0 seguido de un tsunami que causó la fusión de tres de sus reactores.
Países vecinos, como China y Corea del Norte, han expresado un fuerte rechazo hacia esta acción mientras que en Corea del Sur ha habido manifestaciones en contra de la decisión del organismo regulador nuclear de la ONU.