El próximo 30 de diciembre de 2024, ocurrirá un evento astronómico conocido como «Luna negra», que corresponde a la segunda luna nueva en un mes calendario.
Según el Observatorio Naval de Estados Unidos, este fenómeno sucederá a las 22:27 GMT (17:27 hora del Este), atrayendo a astrónomos, fotógrafos y entusiastas del cielo nocturno. Durante la luna nueva, el Sol y la Luna comparten la misma longitud celeste, lo que impide ver la Luna desde la Tierra debido a que su cara iluminada se orienta en dirección opuesta al planeta. Esta falta de luz lunar ofrece condiciones óptimas para la observación de estrellas, planetas y otros cuerpos celestes.
En el hemisferio norte, el fenómeno ocurre en invierno, cuando el aire frío y seco mejora la nitidez de la atmósfera, facilitando observaciones más claras a través de telescopios. Space.com sugiere a los fotógrafos astronómicos aprovechar esta oportunidad y consultar guías especializadas.
Antes de la luna negra, el 28 de diciembre, se podrá observar una conjunción entre Mercurio y la Luna menguante, a las 23:24 hora del Este (04:24 GMT del día 29). Aunque no será fácilmente visible en gran parte de Estados Unidos, en ciudades como Nueva York podría avistarse poco antes del amanecer.
El 31 de diciembre, durante la madrugada, Mercurio será visible nuevamente en el cielo del sureste, y a primeras horas de la noche, Venus y Saturno iluminarán el cielo del suroeste. Júpiter será visible cerca del cenit, y Marte podrá observarse a partir de las 20:00 horas, permaneciendo visible hasta el amanecer.
En el hemisferio sur, el evento tendrá matices diferentes debido al verano. Desde Buenos Aires, Venus y Saturno serán visibles en dirección oeste la noche del 30 de diciembre, mientras que Júpiter aparecerá hacia el noreste.
Constelaciones como Orión y Tauro alcanzarán su punto más alto alrededor de las 23:00 horas en el hemisferio norte. En el hemisferio sur, constelaciones como Achernar y Puppis dominarán el firmamento.
Space.com destaca que eventos como la luna negra son ideales para la observación detallada del cielo nocturno, permitiendo explorar galaxias, cúmulos estelares y nebulosas. También recomienda planificar con antelación utilizando mapas estelares y aplicaciones astronómicas para localizar objetos celestes.