Los gatos son animales increíblemente vocales que utilizan una variedad de sonidos para comunicarse tanto con otros felinos como con los humanos.
El maullido es uno de los sonidos más característicos y versátiles que emplean, principalmente para interactuar con las personas. Dependiendo del contexto, un gato puede maullar para expresar hambre, deseo de salir, o simplemente para llamar la atención de su dueño.
Además del maullido, los gatos tienen un repertorio rico y variado de sonidos. El ronroneo, por ejemplo, es un sonido bajo y rítmico que a menudo asociamos con el placer, pero también puede indicar estrés o dolor. Este sonido se emite sin abrir la boca y es común durante caricias, descanso o incluso en momentos de enfermedad.
Otro sonido distintivo es el trino o chirrido, un sonido breve y de tono ascendente utilizado para saludar de forma amistosa. Este sonido se origina en la interacción entre madres y gatitos, pero los gatos adultos también lo usan para comunicar afecto. Los gatos en celo emiten llamadas sexuales intensas y prolongadas para atraer parejas y marcar su presencia.
En situaciones de estrés o peligro, los gatos recurren al bufido y al escupido. Estos sonidos defensivos y amenazantes son respuestas instintivas diseñadas para evitar confrontaciones físicas. El bufido es similar a un silbido prolongado, mientras que el escupido es una versión más corta y aguda del mismo sonido.
Finalmente, el grito o chillido de dolor es una vocalización aguda y repentina que los gatos emiten en respuesta a una experiencia dolorosa o lesión. Este sonido, junto con el cacareo, que es una secuencia de sonidos agudos emitidos al observar una presa inalcanzable, completa el complejo y fascinante lenguaje vocal de los gatos.