Un nuevo estudio de la NASA revela que realizar un viaje de ida y vuelta a Marte podría ser posible dentro de unos diez años. La nave espacial que sería capaz de llevar a cabo esta misión es la Red Dragon, de la empresa privada SpaceX.
El estudio demuestra la viabilidad de la entrada en la atmósfera, el descenso y el aterrizaje en el planeta rojo de una cápsula espacial no tripulada. Los especialistas señalan que la técnica de descenso de la Dragon podría ayudar a sentar las bases para futuras misiones tripuladas a Marte.
Actualmente la Dragon se usa como carguero espacial de uso comercial para llevar a la Estación Espacial Internacional todo tipo de cargas. El contrato de 1.600 millones de dólares entre SpaceX y la NASA estipula que la Dragon debe realizar 12 viajes a la órbita, dos de los cuales ya se han completado con éxito.
«Inicialmente éramos escépticos» sobre la idea, señalá Lawrence Lemke, ingeniero jefe del Departamento de Diseño de la Misión del Centro de Investigación Ames de la NASA. «La historia de los vuelos espaciales está llena de propuestas para utilizar en misiones en el espacio profundo naves espaciales diseñadas para operar cerca de la Tierra. Estas propuestas suelen acabar siendo muy malas ideas una vez se profundiza en los detalles de ingeniería, ya que a menudo se necesitan tantas modificaciones que es mejor empezar el diseño desde cero.»
No obstante, parece que este no es el caso de la Red Dragon. Los investigadores pasaron un par de años estudiando los problemas de ingeniería. Llegaron a la conclusión de que la cápsula de la Dragon, que se convertiría en la Red Dragon tras pasar por unas pocas modificaciones imprescindibles, como mínimo será capaz de efectuar la entrada en la atmósfera, el descenso y el aterrizaje en Marte «sin infringir las leyes de la física».