Un consorcio formado por tres empresas niponas –Kyocera Corp, Century Tokyo Leasing Corp y Ciel Terre– anunció recientemente la construcción de las dos primeras centrales solares flotantes de un nuevo bloque eléctrico integrado por 30 plantas y con 60 megavatios de potencia total.
La primera de las centrales, formada por paneles solares flotantes, será también la más grande de este tipo del mundo.
Los trabajos empezarán este mes de septiembre y la explotación en abril de 2015, asegura la entidad japonesa en un comunicado.
Los sistemas flotantes, al estar expuestos a la evaporación del agua y a la brisa marina, mantiene los elementos fotovoltaicos de silicio a una temperatura baja y estable (en torno a 30 grados Celsius) durante todo el día.
También en el agua el sistema de seguimiento solar es más sencillo. Sólo necesita un motor y una hélice para girar en un círculo y seguir al sol. Como resultado, el sistema aumenta su eficiencia en la generación de energía en hasta un 20%, para mejorar la fiabilidad y extender su vida útil.
Para un país insular como Japón, con alta densidad poblacional y poco espacio disponible, adquiere incluso mayor importancia la colocación de los paneles en un espacio tan abundante como el mar, a pesar del inconveniente de que la instalación y su mantenimiento resultan ligeramente más costosos que su versión en tierra.
De esa manera los nipones también buscan romper en parte su dependencia de la tecnología nuclear.