El primer estudio exhaustivo del ADN de los billetes evidenciaron que al pasar de una mano a otra se pasan las bacterias.
El análisis de los restos orgánicos hallados en billetes dejó a la vista mucho más microorganismos que con un microscopio.
En el primer estudio exhaustivo del ADN de los billetes, investigadores del Proyecto Dinero Sucio de la Universidad de Nueva York (NYU) hallaron que al pasar de una mano a otra, el efectivo es un medio de intercambio de cientos de diferentes tipos de bacterias.
Tras analizar el material genético de billetes de un dólar, los investigadores de NYU identificaron 3,000 tipos de bacterias en todos ellos, muchas veces más de los que encontraron estudios previos que examinaron muestras bajo un microscopio.
Aun así, pudieron identificar solo cerca de 20% del ADN no humano que encontraron, debido a que muchos de los microorganismos todavía no han sido catalogados en bancos de información genética.
Las especies más abundantes fueron de lejos las que causan acné. Otras fueron ligadas a úlceras gástricas, neumonía, intoxicación e infecciones estafilocócicas, dijeron los científicos. Algunas eran portadoras de los genes responsables por la resistencia antibiótica.
“Fue bastante sorprendente para nosotros”, dijo Jane Carlton, directora de la secuencia de genoma del Centro de Genómica y Biología de Sistemas de NYU, donde se realizó el estudio financiado por la universidad. “Encontramos que los microbios en verdad crecen en el dinero”.
Dinero en riesgo
La investigación, aún no publicada, ofrece un vistazo al problema internacional del dinero sucio. Desde rupias hasta euros, el efectivo es uno de los artículos más intercambiados en el mundo. Los higienistas han advertido por mucho tiempo que podrían ser una fuente de contagio.
“Una billetera a temperatura corporal es una placa de Petri (un recipiente redondo que se usa en laboratorios para cultivar microorganismos)”, dice Philippe Etienne, director gerente de Innovia Security Pty Ltd., que produce papel especial para billetes para 23 países, incluidos Chile, Costa Rica, República Dominicana, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Paraguay.
Los bancos centrales y los ministerios de Hacienda de los países se preocupan usualmente más sobre la falsificación y la durabilidad que la microbiología, dicen varios expertos en dinero. Con casi 150,000 millones de billetes nuevos en circulación al año alrededor del mundo, los gobiernos gastan cerca de $10,000 millones anuales para proveer a los ciudadanos billetes en buen estado.
Un billete de un dólar impreso en una mezcla de algodón y lino dura poco más de 21 meses. Este año, el Sistema de la Reserva Federal de Estados Unidos gastará $826.7 millones para producir 7,800 millones de billetes con un valor real total de $297,100 millones.
Para hacer que el efectivo sea más durable, países desde Canadá hasta el Reino de Bután están imprimiendo billetes en hojas de polímero de plástico flexible, con implicaciones para la microbiología del dinero.
Efectos de fábrica
En un estudio sobre el efecto de los materiales utilizados en la fabricación de billetes en la salud pública, los investigadores de la Universidad de Ballarat en Australia recientemente hicieron pruebas de billetes intercambiados en supermercados y cafeterías en 10 países.
Aunque los niveles de bacteria varían ampliamente de un país a otro, usualmente son menores en billetes de polímero que en los de algodón, según su estudio de 2010 publicado en la revista Foodborne Pathogens and Disease.
La ventaja “de un billete de polímero es que no es absorbente”, dice Etienne. “Existe un beneficio de limpieza, que es un tema de salud”.
El problema, sin embargo, es el toque humano. La bacteria se puede alimentar del residuo ceroso de la piel y los aceites que se acumulan en los billetes en circulación.
“Proveemos los nutrientes al intercambiar los billetes”, dice Nabil Lawandy, físico de la Universidad de Brown, y quien preside Spectra Systems Corp. SPSY.LN -0.85% en Rhode Island, que diseña características de seguridad para billetes de 19 bancos centrales.
Investigadores en India, Holanda y EUAtambién han explorado la superficie fibrosa del papel de dinero y aislado alrededor de 93 especies de bacterias que se aferran a los billetes. En 2012, los microbiólogos de la Universidad Queen Mary de Londres halló que cerca de 6% de los billetes ingleses tenían niveles de bacteria E. coli comparables a los de un inodoro.
Los investigadores de NYU pudieron identificar muchas más especies que estudios previos porque la secuencia de genes de alta velocidad y el análisis de bases de datos computarizadas les permitieron reconocer formas de vida por su ADN, en lugar de aislar las células en cultivo y estudiarlas bajo un microscopio.
En su experimento, los investigadores de NYU analizaron el ADN de 80 billetes de un dólar que recogieron el año pasado de un banco no identificado en Manhattan.
El ADN fue tan diverso como Nueva York. Cerca de la mitad fue humano. Los investigadores encontraron bacteria, virus, hongo y patógenos de plantas. Vieron también diminutivos rastros de ántrax y difteria; identificaron ADN de caballos y perros, y hasta un fragmento o dos de ADN de un rinoceronte blanco.