Los científicos han descubierto cómo los virus secuestran las bacterias de las fuentes hidrotermales del mar profundo, las famosas «fumarolas negras», donde las temperaturas se extienden hasta los 400°C.
Los virus, estudiados por los científicos de la Universidad de Michigan, cazan las bacterias SUP05 de las «fumarolas negras» que se alimentan de azufre en el suelo. Al encontrar una víctima, le reprograman su ADN, realizando un «lavado de cerebro» profundo. Como resultado, las bacterias empiezan a quemar sus reservas de azufre almacenadas más rápido y comen en exceso, creando más energía que los virus utilizan para reproducirse, hasta que las bacterias se rompen y liberan una nueva generación del virus.
Este estudio, publicado en la revista ‘Science’, es la primera observación de este proceso en los ecosistemas de agua hirviendo del océano profundo.
Los investigadores también han encontrado que los virus parecen utilizar una versión del propio código genético de las bacterias para secuestrar los microorganismos. Los autores del estudio suponen que en algún momento de la historia evolutiva de SUP05 y su atacante viral pudo haber habido un intercambio de genes entre los dos.
«Sugerimos que los virus sirven como reservorio de la diversidad genética que contribuye a formar la evolución bacteriana», dice el microbiólogo Gregory Dick de la Universidad de Michigan.
«Parece que ha habido un intercambio de genes, lo que implica a estos virus como un agente de la evolución. Eso es interesante desde el punto de vista de la biología evolutiva», subraya Dick.