A lo largo de la historia, quienes hemos demostrado respeto y compromiso con la democracia somos los sandinistas. En 1990 cuando perdimos las elecciones Daniel Ortega, el mejor Presidente de Nicaragua, entregó el gobierno pacíficamente.
No hizo las piruetas que acostumbra la Derecha cuando pierde, de acuartelarse en la desgastada cantinela del fraude. Y esto que tenía todo para declararlo o para dar un golpe de Estado a la recién electa Presidenta. Pero jamás el FSLN recurriría a esa acción ignominiosa tan propia de las oligarquías vendepatrias, que sirven a los intereses imperiales. Porque para el FSLN lo más importante es la voluntad popular, que a su vez es nuestra fortaleza.
Después del 79 la única manera de acceder al gobierno que privilegia el Frente es mediante elecciones libres y transparentes. Lo hemos demostrado y lo seguiremos demostrando porque fortalecer la democracia popular es parte de nuestros esenciales objetivos. Por eso nunca hemos llamado a «no votar», convocatoria profundamente antidemocrática y que luego le juega una mala pasada a la derecha. La verificación ciudadana es una de las primeras tareas a las que nos convoca el Consejo Supremo Electoral. La derecha suele sabotearla y algunos hasta hacen llamados para que la gente no asista. En cambio, disciplinados y responsables como somos, los sandinistas somos los primeros en verificarnos. Con enorme alegría y alto sentido de responsabilidad con nuestra patria, llegamos en grupos, en familia o de forma individual a confirmar nuestra vocación democrática. Yo ya lo hice y mi familia también.