Nicaragua ratificó su posición en contra de la tortura, tratos crueles, inhumano o degradantes, durante la sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA realizada este viernes, en conmemoración del XXX aniversario de la Convención Interamericana Para Prevenir y Sancionar la Tortura.
El representante de Nicaragua ante la OEA, embajador Denis Moncada Colindres, reiteró en nombre del Gobierno y Pueblo de nuestro país, que “estamos obligados a respetar los Derechos Humanos de todos los habitantes del globo. Debemos hacer prevalecer el Derecho Internacional, el Derecho Internacional de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario”.
A continuación, intervención íntegra del embajador Colindres:
Intervención del embajador Denis Moncada Colindres, durante la sesión extraordinaria del consejo permanente de la OEA, en conmemoración del XXX aniversario de la Convención Interamericana Para Prevenir y Sancionar la Tortura.
06 de noviembre del 2015.
Señor Presidente
Estimadas y Estimados Colegas:
30 años de existencia de la Convención Interamericana contra la Tortura tiene un especial significado y dimensión para los países del Hemisferio.
Esta conmemoración nos trae reminiscencias de un pasado reciente de dictaduras militares en América Latina y el Caribe sustentadas en la llamada Doctrina de Seguridad Nacional, elaborada por los gobiernos de Estados Unidos de esas épocas, que impartieron y enseñaron en sus escuelas y centros de adiestramiento militar.
Allí en esa época enseñaron a torturar a los militares de muchos de nuestros países que actuaron con crueldad inhumana contra la población civil que luchaba por sus ideales.
El llamado Sistema Interamericano de Defensa, incluyendo a la JID de esos años, eran el soporte y principales asesores militares de las dictaduras sostenidas por Estados Unidos en décadas pasadas.
La tortura y la represión generalizada fueron erigidas como políticas de Estado contra nuestros ciudadanos, hombres, mujeres, niños, incluso seres humanos que aún no habían nacido.
Los efectos dañinos de esa política de tortura se proyectan todavía en estos días, cuando se hace justicia en países de Suramérica, aplicando el debido proceso a los implicados.
Quienes diseñaron políticas y doctrinas y las impusieron con golpes militares, con represión y tortura, son inmunes y quedan impunes ante tanta barbarie cometida.
Esa situación nos enseña que debemos aprender a resolver nuestros asuntos internos y diferencias políticas con el diálogo constructivo, sin injerencias externas, y que las Fuerzas Armadas se deben a sus pueblos, a sus intereses y no a los de algunas potencias.
También el tema de la tortura nos evoca hechos que son crueles, inhumanos y degradantes, como es el empecinamiento de intentar cambiar gobiernos por la fuerza a costa de decenas de miles de vidas y de varios miles de familias migrantes con sus niños, causando graves dolores y sufrimientos que impactan la conciencia global.
Impacta la situación de Siria, de su pueblo y de su gobierno que estoicamente defiende su existencia y su dignidad soberana, ahora con el apoyo solidario de la Federación Rusa, solicitado por el legítimo gobierno sirio.
También es una tortura cíclica la agresión y delito de lesa humanidad que comete el gobierno de Israel contra el pueblo palestino.
Señor Presidente:
Al conmemorarse el 30 aniversario de la Convención Interamericana contra la tortura, reafirmamos que ningún ser humano debe ser sometido a torturas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.
Estamos obligados a respetar los Derechos Humanos de todos los habitantes del globo. Debemos hacer prevalecer el Derecho Internacional, el Derecho Internacional de los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario.
Muchas gracias.