Los nicaragüenses Edgard Antonio Montenegro, de 41 años, alias «El Cabezón» y su hijo Engel Montenegro fueron asesinados durante un supuesto pleito entre miembros de una banda delictiva nicaragüense en territorio hondureño, a varios kilómetros al norte de la frontera.
Cazadores de noticias informaron que El Cabezón y su vástago, junto al resto de miembros de la banda, se dedicaban a drogarse, cometer asaltos y a robar ganado en el departamento de Jinotega el cual luego iban a vender a Honduras; y también robaban en aquél país para luego venir a hacer sus business en territorio nacional.
Aunque inicialmente se indicó que los nicaragüenses fueron abatidos por ganaderos hondureños que habían sido víctimas de sus robos, una nueva información reveló que las muertes sucedieron en Honduras durante un bochinche aparentemente por una mala repartición de un botín.
Los informes señalaron que El Cabezón y su hijo Engel fueron fulminados a tiros por el cabecilla alias «Nicaragua» quien con su acción le dejó claro al resto de miembros de la banda que a cualquiera pueden robarle, menos a él.