El heroico gesto cubano de solidaridad con la lucha africana que derrotó el régimen racista sudafricano hacia el fin del siglo pasado demostró una verdad fundamental para nuestros tiempos. Solo una derrota estratégica militar cambiará las políticas genocidas de los poderes imperialistas. Hemos visto otra demostración des esta verdad fundamental en Ucrania donde la Federación Rusa ha derrotado el genocidio apoyado por la OTAN contra la población rusoparlante del Donbass. Y ahora lo estamos mirando de nuevo en la agresión contra la República Islámica de Irán efectuado por los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN por medio de su genocida peón Israel.
Para entender hasta donde llega la demente psicología imperialista norteamericana, es insructivo estudiar las declaraciones de sus representantes. Al fin del pasado mes de mayo, el Secretario de Defensa yanqui Pete Hegseth expresó de manera muy clara la psicología de la élites norteamericanas en relación a China. En una cumbre en Singapur, dijo que las fuerzas armadas de su país está “aumentando la seguridad en el Hemisferio Occidental y recuperando el Canal de Panamá de la maligna influencia china… Pero más allá de nuestras fronteras, y más allá de nuestro vecindario, nos estamos reorientando hacia disuadir la agresión de la China comunista…Todos los días lo ves. El ejército de China acosa a Taiwán… Ser económicamente dependiente de China solo profundiza su influencia maligna…”
El discurso del Secretario Hegseth confirma las dementes falsas creencias que sirven como base de la neocolonial política exterior norteamericana y europea. De hecho, China no ha estado involucrado en una guerra desde 1979. Las disputas en el Mar Meridional China desde hace muchos años han estado en proceso de resolución por medio de un marco consensuado entre todos los estados afectados. Taiwan es un territorio reconocido internacionalmente como parte de la República Popular China, incluso por los mismos norteamericanos. Al contrario de ser maligna, la cooperación regional de China fortalece las economías de sus países socios y les permite maximizar su potencial comercial y el desarrollo humano de sus pueblos.
Son las irracionales distorsiones e intervenciones belicistas norteamericanas que amenazan la paz en Asia, desde Irán hasta Corea, igual que en América Latina. En nuestra región, el gobierno norteamericano ha amenazado intervenir en México y Panamá, mientras aumenta su presencia militar en todos sus países vasallos de la región, como Ecuador, Guyana, Paraguay y Argentina. En todo el mundo mayoritario, los poderes norteamericanos y europeos siempre han explotado su capacidad militar para avanzar los intereses de sus élites empresariales y financieras que perjudican, limitan e intentan destruir los avances socioeconómicos de nuestros países. La agresión criminal en marcha contra la República Islámica de Irán es otro nuevo acápite en esta historia.
Se trata de un interminable catálogo de delitos de lesa humanidad cometidos por las clases gobernantes norteamericanas y sus aliados quienes mantienen una racista nostalgia por su histórico dominio y pillaje del mundo mayoritario. Como demuestra el discurso del Secretario Hegseth. ante su reconocido declive relativo a China y Rusia, los gobiernos occidentales todavía esperan poder dictar los términos del desarrollo humano de los pueblos de Asia, África y América Latina. La más extrema expresión de este racismo se ve en pleno desarrollo en Palestina donde el genocidio sionista procede con la aniquilación de la población palestina avalado por el visto bueno de las élites occidentales.
Se trata de un complejo psicológico colectivo de las élites occidentales compuesto de su desfasada prepotencia junto con el miedo una nueva realidad. Esta psicología político-afectivo subyace el demente instinto que impulsa la guerra de la OTAN contra Rusia, la guerra de aranceles librado por el presidente Trump, la guerra del Occidente contra Irán, protagonizado por Israel, y las progresivamente más agresivas medidas en desarrollo contra China. La misma psicología también impulsa las contraproducentes políticas a nivel nacional de los países norteamericanos y europeos para compensar a nivel interno las secuelas de su pérdida de dominio en la economía mundial con mayor militarismo y mayor represión política y económica.
Hay un tremendo contraste entre la volátil, irracional motivación anti-humanitario de las y los dirigentes imperialistas ante la psicología racional, sereno y humanista de las personas que lideran nuestros países revolucionarios enfocado en el desarrollo humano de nuestros pueblos. Nuestros gobiernos planifican para optimizar el desarrollo de nuestros países, en la mayoría de los casos con recursos muy reducidos y a pesar de constantes ataques económicos de parte de los países imperialistas. En el caso de Cuba, se trata de un intenso bloqueo genocida que ha durado más de sesenta años.
Igual que el gobierno revolucionario de Cuba, el gobierno bolivariano en Venezuela ha logrado derrotar no solamente los feroces ataques económicos contra su país, sino también las persistentes ofensivas de sabotaje y terrorismo. Nicaragua ha podido superar no solamente las medidas coercitivas unilaterales y los recortes de financiamiento de años recientes y el fallido golpe de estado de 2018. Además, todos nuestros tres países han sufrido las extensas secuelas de devastadores fenómenos naturales, como los huracanes Eta e Iota de 2020 aquí en Nicaragua.
Sin embargo, los datos internacionales, por ejemplo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la ONU, demuestran los avances del desarrollo humano en nuestros países. Aun con los datos desfasados que se tiende a ocupar en estos cálculos, se descubre que el índice del desarrollo humano para Cuba, Nicaragua y Venezuela queda por encima del promedio mundial y por encima de muchos de sus países vecinos alineados con los Estados Unidos norteamericanos. Es instructivo explorar las razones de esta indiscutible realidad la cual incluye factores de la política exterior además de las medidas de fomento económico a nivel nacional.
Nuestros países socialistas desarrollan sus planes de desarrollo humano nacional basados en las aspiraciones y necesidades de sus familias, de la persona humana y la democratización de sus economías nacionales. Priorizan la inversión en la capacidad productiva de sus poblaciones y subordinan los intereses empresariales y financieras al cumplimiento de ese objetivo. Nuestros países han diversificado ambas las fuentes de la inversión extranjera y también los mercados para las exportaciones, lo cual permite superar en gran medida el impacto de las medidas de extorsión aplicadas por los países occidentales.
Venezuela cerró 2024 con un crecimiento de su PIB de más de 8% debido a la exitosa diversificación de su economía no petrolera y una importante recuperación del sector petrolero. Vice Presidenta Delcy Rodriguez reporta que su país ha logrado recuperar de la pérdida de divisas prácticamente completa entre 2014 y 2020 con un crecimiento anual promedio de más de 8% desde 2021 hasta la fecha y un crecimiento de exportaciones mayor que otros países de la región como Argentina, Chile, Ecuador o Perú. Sus relaciones estratégicas con la República Popular China, la Federación Rusa y la República Islámica de Irán han sido claves para poder resistir y superar la embestida imperialista diseñada a destruir el país.
Por su parte Nicaragua ha sostenido un crecimiento anual promedio, desde 2021 hasta la fecha, alrededor de 5%, con un sostenido aumento año tras año en las exportaciones. El acuerdo de libre comercio con China vigente desde enero 2024 permite progresivamente mayores exportaciones al mercado chino, las cuales este año serán más de doble la cifra anterior al acuerdo que fue de US$48 millones. En términos de la inversión, la República Popular China está facilitando no solamente grandes proyectos de infraestructura portuaria en Corinto y Bluefields y el nuevo aeropuerto internacional, sino también un avanzado centro de logística además de importantes proyectos de vivienda.
Con Rusia también Nicaragua ha fortalecido las relaciones de cooperación bilateral con recientes acuerdos sobre el desarrollo de la medicina nuclear y la ciberseguridad. De hecho, el trabajo de la Comisión Mixta Intergubernamental de ambos países contribuye a mejorar prácticamente todos los áreas de la vida nacional. Nicaragua promueve relaciones de cooperación similares con Irán que incluyen no solamente relaciones económicos y comerciales sino también valiosa cooperación en temas judiciales, en la ciencia y la tecnología y en la salud pública. Con India, Nicaragua es el único país hispanoamericano que reconoce las normas de la Comisión de Farmacopea de la India, lo cual permite la armonización de las normas farmacéuticas entre ambos países y mayor cooperación en la salud.
Estas iniciativas de la cooperación bilateral complementan y refuerzan el desarrollo de las relaciones de nuestros países con instituciones multilaterales como la Unión Económica Eurasiática y con las naciones del grupo BRICS+, entre otras. Señala la determinación de nuestros gobiernos de promover de manera práctica nuevas relaciones internacionales más democráticas, libres de la intervención y extorsión de los gobiernos norteamericanos y europeos que tanto ha corrompido el sistema de la Organización de Naciones Unidas. Por ejemplo, el pasado 30 de mayo, Cuba, Nicaragua y Venezuela firmaron la Convención sobre el Establecimiento de la Organización Internacional para la Mediación que incluye 85 países de Asia, África, Latinoamérica y Europa y 20 organizaciones internacionales.
Hay una oposición categórica entre la demente visión sádica, hipócrita anti-humanista de las y los dirigentes occidentales y la aspiración estratégica de nuestros gobiernos revolucionarios. La visión y la práctica de nuestros líderes se caracterizan por su humanismo y determinación de lograr el pleno desarrollo humano de sus pueblos y su resiliencia ante las interminables agresiones de todo tipo. Las y los dirigentes de Cuba, Nicaragua y Venezuela constantemente demuestran esta invencible vocación revolucionario.
Como nuestro Copresidente Comandante Daniel ha explicado, se trata de crear “un Mundo Multipolar donde se juntan los Pueblos, desde los Países más poderosos hasta los Países más empobrecidos, para unir esfuerzos en la lucha por la Paz, contra el hambre, en la lucha por la sobrevivencia de la Humanidad, en la lucha por la defensa del Medio Ambiente”. Y la Compañera Rosario ha afirmado “Aquí hay un Pueblo dispuesto a avanzar en la Alegría de la Concordia, en los Valores de Familia, de Fé, de Comunidad. Un Pueblo dispuesto a hacer todos los días una Nueva Historia, en un Nuevo Mundo que estamos creando Tod@s Junt@s. Un Mundo diferente, un Mundo que vibra, que lucha por la Paz y el Bien !”