El Nuevo Mundo contra el Nuevo Eje Fascista

El pasado 14 de abril, la Alta Representante de la Unión Europea par Asuntos Exteriores, la señora Kaja Kallas, advirtió a las y los líderes de los países europeos que no deben de asistir a celebrar en Moscú este próximo 9 de mayo el 80 aniversario de la victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania Nazi. Después de una reunión con las y los ministros de asuntos exteriores de los países miembros de la Unión Europea, la señora Kallas dijo, “Cualquier participación en los desfiles o celebraciones del 9 de mayo en Moscú no se tomará a la ligera por parte de Europa… he llamado a todos los Estados miembros, pero también a representantes de las instituciones, a visitar Kiev tanto como sea posible para mostrar realmente nuestra solidaridad y que estamos con Ucrania.”

Las palabras de Kaja Kallas reflejan la posición común de los altos dirigentes de la Unión Europea y la gran mayoría de los jefes de gobierno de sus países miembros. Desde el golpe de estado en Ucrania en 2014 ha sido muy claro el apoyo material y moral de los gobiernos europeos al régimen de simpatizantes nazis en Ucrania. Lo que es nuevo ahora es la cada vez más descarada falsa revisión de la historia para borrar el categórico papel decisivo del sacrifico de los Pueblos Soviéticos y sus fuerzas armadas en la victoria sobre la Alemania Nazi en 1945. Así que la Unión Europea, que tan hipócritamente sigue ufanándose de ser el más avanzado modelo de la democracia, ahora se revela como meramente otra odiosa expresión más del fascismo, como es evidente también por su apoyo al genocidio sionista en Palestina.

Después de la Segunda Guerra Mundial, el proyecto político-militar de la Organización del Tratado de Atlántico Norte y su hermana menor, la iniciativa política y económica de la Comunidad Económica Europea, ahora la Unión Europea, nacieron como entidades para contener a la Unión Soviética y su modelo político comunista. Y aunque la versión del anti-comunismo en Europa era más diluida que la versión norteamericana por motivo de la fuerza política del socialismo y comunismo en sus países, la OTAN mantenía entre sus altos funcionarios, militares alemanes que habían servido en las fuerzas armadas de la Alemania Nazi. Tanto la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, como la señora Kaja Kallas, antigua presidenta de Estonia, vienen de familias con miembros que colaboraban activamente con el gobierno nazi alemán.

Por ese motivo también, Rusia ve con recelo que el señor Friedrich Merz va a asumir como jefe de gobierno en Alemania ya que es otro político de una familia con miembros que figuraban activamente en apoyo al régimen nazi alemán. Dmitry Medvedev, ex-presidente y antiguo primer ministro de la Federación Rusa, ahora jefe del Consejo de Seguridad del país, recientemente llamó “nazi” a Friedrich Merz por motivo de su deseo de armar a Ucrania con misiles sofisticados de largo alcance para atacar a Rusia. Friedrich Merz, junto con Kaja Kallas y Ursula von der Leyen y otros dirigentes europeos, aboga por duplicar el gasto militar de Alemania y los demás países europeos con el objetivo explícito de preparar para una posible guerra contra Rusia.

Por su parte, el gobierno norteamericano alienta a Europa a seguir ese camino belicista a la vez que el equipo del presidente Trump entra en negociaciones para mitigar la derrota militar sufrido por la OTAN en Ucrania. Es imposible tomar en serio las constantes afirmaciones del presidente Trump y sus funcionarios que quieren un fin de la guerra en Ucrania porque les preocupa la pérdida de vidas humanas. Por un lado, el gobierno norteamericano sigue suministrando a Ucrania material de guerra y datos esenciales de vigilancia satélite, reconocimiento aéreo e inteligencia de todo tipo. Por otro lado el presidente Trump sigue apoyando el imperdonable genocidio sionista contra el pueblo Palestina con enormes cantidades de armamentos a la vez que amenaza usar la agresión militar contra Irán y también ingenia mayor agresión político-militar y económica contra la República Popular China.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los norteamericanos y los británicos llamaron a las fuerzas del nazismo alemán, del fascismo italiano y del imperio japonés el “Eje Berlín-Roma-Tokio” por motivo del Pacto Tripartito firmado por aquellos tres gobiernos de 1940. Ahora se trata de un Eje Washington-Bruselas-Londres con gobiernos dominados por las élites empresariales de sus respectivos países que promueven el militarismo y el terrorismo alrededor del mundo. Todavía queda a ver hasta que punto los gobiernos de sus aliados del Pacífico como Japón, Corea del Sur o Australia están dispuestos a sacrificar sus pueblos al servicio del fascismo norteamericano y europeo.

Hay que recordar que Alemania ejecutó la Operación Barbarroja junto con las fuerzas armadas de Italia, Hungría, Rumanía, Finlandia, Slovakia y Croacia. Otros países europeos también aportaron a la guerra contra la Unión Soviética con unidades armadas de España, Francia, Polonia y los países Bálticos además de Dinamarca, Bélgica, y los Países Bajos. Así que no es por nada que la Cancillería de la Federación Rusa acaba de publicar su documento “Ochenta Años después de la Gran Victoria: Europa, Una Vez Más, ha Caído bajo la Sombra del Nazismo”.

El documento consta que, “… es comprensible el deseo de las autoridades de la mayoría de los países europeos de encubrirse y, al distorsionar descaradamente los hechos, reescribir la historia…. La euroburocracia alimentó el régimen nazi en Kiev con el fin de unir a Europa bajo banderas racistas y nazis para una guerra contra Rusia. El hecho de ignorar explícitamente las graves violaciones de los derechos humanos en Ucrania es una prueba de la complacencia de la Unión Europea con las ideas neonazis… Por el bien de nuestro futuro común, se debe hacer todo lo posible para evitar la rehabilitación del nazismo y la glorificación de los criminales nazis”

Lo que queda escondido por el aspecto político-militar del conflicto en desarrollo entre el Occidente colectivo de los gobiernos norteamericanos y europeos con el nuevo orden mundial promovido por China y Rusia, es el papel decisivo de las élites empresariales transnacionales. Al tradicional dominio económico de las empresas de los armamentos y del petróleo y la energía se ha unido el control de prácticamente toda la vida socio-económica por el sector de la tecnología digital, dominado por las empresas norteamericanas del llamado “Silicon Valley”. La capacidad de vigilancia y censura de empresas como Google o Meta se ha extendido todavía más por medio de empresas transnacionales norteamericanas de la minería de datos como Palantir o Oracle.

Todas estas empresas están ligadas de una u otra forma a los servicios de inteligencia norteamericanos. Las empresas de minería de datos venden sistemas de análisis de datos y de vigilancia y monitoreo digital al servicio de gobiernos y otras empresas transnacionales. Se trata de sistemas altamente sofisticados diseñados para facilitar las políticas de control en sectores como los movimientos migratorios, la atención en salud, la colección tributaria o la seguridad publica, especialmente el control de la protesta política. Como lo ha explicado el vice presidente ejecutivo de Palantir, «Tanto Palantir como Oracle se dedican a defender los intereses y las instituciones occidentales en todo el mundo…”

El año pasado las dos empresas anunciaron una alianza para coordinar la comercialización a nivel mundial de los servicios de Oracle en la llamada “nube distribuida” del internet y de las soluciones de Palantir para aprovechar la inteligencia artifical en la “aceleración de decisiones” de las empresas y del gobierno. La figura más pública de esta fusión de las aspiraciones empresariales del sector privado con el poder ejecutivo estatal ha sido Elon Musk. quien asumió el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) en la administración del presidente Donald Trump. Los falsos argumentos de Elon Musk a favor de la incomparable eficiencia del inexistente “libre mercado” se comparten con otros hipócritas de la misma élite empresarial.

Todas y todos estos empresarios han dependido de una manera u otro de enormes contratos multimillonarios gubernamentales para construir y hacer crecer los negocios de sus empresas y enriquecerse. Ahora Elon Musk va a renunciar de supervisar el DOGE, luego de tres meses de confusión y fiasco que han provocado caos y desmoralización sin precedentes en la administración de prácticamente todos los departamentos del gobierno norteamericano. La abierta fusión fascista del poder económico empresarial con las estructuras del poder político en el caso norteamericano siempre se ha reflejado también en Europa.

Los repetidos casos de corrupción, década tras década, en Francia, Alemania, Italia, España y el Reino Unido demuestran la puerta giratoria que funciona entre el ámbito político y el ámbito empresarial. Entre los casos más recientes han sido el corrupto trato entre presidenta de la Comisón Europea Ursula von der Leyen y la empresa farmaceútica transnacional Pfizer durante la pandemia del COVID-19 y los sobornos aceptados de diferentes fuentes en años recientes por diputados al Parlamento Europeo. En ese contexto de demostrada corrupción a alto nivel, se ha cuestionado las lealtades de dirigentes políticos anteriormente empleados de las empresas transnacionales norteamericanos Goldman Sachs y Blackrock como Friedrich Merz y Alice Weidel en Alemania, Mario Draghi en Italia o Rishi Sunak y George Osborne en el Reino Unido.

Los gobiernos e instituciones de los países del mundo mayoritario son especialmente vulnerables al chantaje y la agresión financiera y comercial aplicados por el nuevo eje fascista europeo y norteamericano. El heroico pueblo cubano ha enfrentado la embestida fascista del imperio norteamericano durante más de sesenta y cinco años. De igual manera, los pueblos de Nicaragua y Venezuela han derrotado los atentados violentos promovidos por la fascista oposición golpista en sus países. Todos los países independientes que defienden su dignidad e identidad nacional luchan para establecer un nuevo orden mundial más justo y por ese motivo de una manera u otra sufren la agresión del nuevo eje fascista, progresivamente más agresiva luego de su derrota en su guerra contra Rusia en Donbass y Novorossiya, antes territorios de Ucrania.

La celebración del 80 aniversario de la victoria de la Unión Soviética sobre el nazismo europeo este próximo 9 de mayo será un momento clave en la formación del nuevo orden multipolar basado en el respeto, la igualdad y la solidaridad entre los pueblos. Como dijo Nicaragua en Venezuela el año pasado en su mensaje al Foro Parlamentario Mundial contra el Fascismo: “Desde Nuestra Nicaragua Libre, Bendita y en Victorias, arropados por el Espíritu de Sandino, la Dignidad de Zeledón, el Corazón de Darío, la Firmeza de Carlos y el Amor entrañable de Tomás, saludamos a los Gobiernos y sobre todo a los Pueblos que con el corazón en la mano luchan por un Mundo Mejor, Unido, y además convencido que el Demonio Imperial cada día va de retro y que un Mundo Nuevo ya ha empezado a crecer.”

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