Sobre el enigmático tema del coqueteo femenino es mucho lo que se ha dicho, y hay demasiadas teorías. Sin embargo, muchas suposiciones pueden tener un sustento científico pues hay investigaciones que se centran en analizar el lenguaje no verbal (lo que el cuerpo dice mientras la boca calla).
Muchos hombres insisten en que no comprenden a las mujeres, pero si ponen un poco de atención al lenguaje del cuerpo, muchos secretos pueden ser revelados.
Abrir mucho los ojos. Abriendo mucho los ojos consiguen parecer más tiernas, más vulnerables, y despiertan mecanismos de protección. También consiguen volverse más expresivas. No es tan típico ni tan evidente como lo del pelo, pero se suele notar. Alguna gente lo llama brillo en los ojos.
Su voz tiene contrastes, casi susurran algunos ratos y hablan muy alto otros. Hablando bajito consiguen tener cerca a un hombre en determinados momentos, y aumentando el tono de voz de forma repentina consiguen captar mejor la atención cuando quieren contar algo que desean que escuche la persona que les gusta.
Acariciarse con las manos el resto del cuerpo. Al acariciarse con las manos evocan el contacto tranquilizador que recibían por parte de su madre cuando siendo aún bebés, lloraban o estaban nerviosas. Si una mujer que está tranquilamente hablando contigo se acaricia los brazos, o cualquier parte del cuerpo, es muy posible que esté nerviosa porque le gustas.
Humedecen los labios más de lo normal. Asócialo siempre a atracción, además su mirada baja casi directamente a tus labios y se concentra en verlos al menos unos segundos.
Tenemos los pies un poco separados. Una investigación indica que cuando una mujer está parada, el dinamismo con el que mantiene el equilibrio nos dice la emoción que siente. Si ambas piernas están derechas e inexpresivas, su pasión está muy lejos. Si están un poco abiertas o si ella juega con los tobillos, está nerviosa, pero con certeza no está distante.
Nos sentamos en pose. Si la mujer está sentada al lado de un hombre que le interesa, al cruzar las piernas pondrá la más alejada de él por encima de la otra, para mostrar mejor la pantorrilla. En esta posición, los músculos de la pierna se ven más tersos y provocativos.
Sus hobbies son ahora tus hobbies si él juega paintball, futbol, Xbox o boxeo, tú empiezas a interesarte por esta misma actividad, no te importan si te lastiman o si no te gusta este deporte, pero te arriesgas, o en su defecto lo quieres acompañar y mientras él practica este deporte tú te sientas a contemplarlo.
Imitas sus movimientos corporales (sin darte cuenta), si el cruza la pierna, tú también lo haces, si él se ríe tu ríes. Tu cuerpo se mueve como un espejo por él. Inconscientemente tu pie siempre está apuntando hacia donde él está.
Lo miras fijamente. Cuando habla te inclinas hacia él con la mirada fija en sus ojos. Cuando una mujer hace esto está dando a entender a la otra persona que toda su atención se concentra en él y que está completamente interesada en lo que dice.