La vitamina D desempeña un papel fundamental en la salud ósea, el sistema inmunológico y más. A pesar de que la luz solar puede ayudar a sintetizarla en la piel, también es esencial obtenerla a través de la dieta. La falta de este nutriente puede acarrear problemas a corto y largo plazo para la salud.
Los síntomas de la deficiencia de vitamina D pueden incluir fatiga, dolor óseo, debilidad muscular y cambios en el estado de ánimo, entre otros. Sin embargo, en algunos casos, los signos pueden pasar desapercibidos. A largo plazo, la carencia de vitamina D puede aumentar el riesgo de osteoporosis y fracturas.
Además, estudios recientes sugieren una posible relación entre niveles bajos de vitamina D y abortos espontáneos en mujeres con antecedentes de pérdida de embarazos.
Es esencial prestar atención a estos síntomas y consultar a un profesional de la salud para evaluar los niveles de vitamina D y tomar medidas adecuadas para mantener una salud óptima.»
¿Cómo subir los niveles de vitamina D?
Según la Biblioteca Nacional de EEUU, algunos alimentos son ricos en esta vitamina y pueden agregarse a la dieta para incrementar sus niveles, por ejemplo: hígado, hongos, huevos, pescados grasos, queso, alimentos fortificados (productos lácteos y cereales).
También es sumamente importante exponerse a la luz del sol diariamente. Se debe realizar en períodos limitados de tiempo, de 15 a 30 minutos, y en horarios donde el Sol no se encuentre en su punto máximo en el cielo (evitar la exposición solar directa desde las 11hs hasta las 16hs).
Por último, si estas recomendaciones no surgen efecto y los niveles de vitamina D siguen bajos, se debe consultar a un profesional de la salud para que evalúe la necesidad de consumir suplementos, la frecuencia con la que se deben tomar y durante cuánto tiempo.