Mikhail Pichugin fue rescatado el 14 de octubre después de pasar 67 días a la deriva en el Mar de Ojotsk, tras un viaje de avistamiento de ballenas que terminó en tragedia.
El hombre, encontrado en estado grave pero consciente, fue hallado junto a los cuerpos de su hermano y sobrino, quienes no lograron sobrevivir. La tripulación del barco pesquero que lo encontró lo confundió al principio con chatarra flotante, hasta que se dieron cuenta de que era un hombre vivo.
El viaje comenzó el 9 de agosto, cuando Mikhail, su hermano y su sobrino partieron desde la isla de Sajalín hacia las islas Shantar. Al no regresar a tiempo, la familia alertó a las autoridades, pero las semanas de búsqueda oficial no dieron resultados y los consideraron perdidos.
Durante la deriva, una falla en el motor dejó el pequeño bote sin control, y aunque contaban con provisiones para dos semanas, Pichugin sobrevivió con lo poco que tenía, perdiendo casi la mitad de su peso.
La familia del sobreviviente ha expresado su descontento con las autoridades de rescate, acusándolas de negligencia por no inspeccionar la zona adecuadamente. Ante la falta de resultados, incluso contrataron un barco para buscar por su cuenta en las costas de Sajalín, sin éxito.
El Mar de Ojotsk, conocido por sus aguas frías y sus violentos vendavales, casi cobró la vida de Pichugin, quien fue descrito como en “estado crítico” con signos de deshidratación e hipotermia al ser rescatado. Su supervivencia en condiciones tan extremas ha sido considerada un milagro, y él mismo declaró: “No me quedan fuerzas”, reflejando la intensidad de su experiencia.