El movimiento de magma bajo la corteza terrestre abrió grietas en carreteras y edificios de Grindavikde una ciudad de 4.000 habitantes, ubicada a 40 km al suroeste de Reikiavik, en Islandia.
Según medios locales, el desplazamiento del magma causó cientos de sismos en los últimos días, lo que podría ser una señal de una futura erupción volcánica.
Tras varias horas esperando en su auto, los vecinos de Grindavik pudieron entrar en sus casas durante unos minutos para recoger muebles, objetos decorativos y animales de compañía, en presencia de numerosos policías y personal de protección civil.
En Islandia hay 33 sistemas volcánicos activos. El gobierno declaró el estado de emergencia y ordenó la evacuación obligatoria de Grindavik y se habilitaron refugios de emergencia y centros de ayuda en varias localidades vecinas.