Senador de EE.UU denuncia experimentos crueles con gatos financiados por el presupuesto federal

El senador republicano Rand Paul ha revelado en su informe anual sobre el presupuesto de Estados Unidos detalles alarmantes sobre el uso de fondos públicos para experimentos científicos que califica de “extremadamente crueles”. Según el informe, decenas de millones de dólares fueron destinados a investigaciones con gatos, realizadas por diversas agencias federales y universidades.

Experimentación invasiva en la Universidad de Pittsburgh

Paul denuncia que el Departamento de Defensa, a través de la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada de Defensa (DARPA), gastó 10,851,439 dólares en experimentos considerados grotescos. En la Universidad de Pittsburgh, los investigadores abrieron el lomo de gatos machos para exponer sus médulas espinales, insertándoles electrodos que generaban descargas eléctricas mientras las incisiones permanecían abiertas. Este procedimiento buscaba provocar erecciones en los animales.

“Pero el horror no acaba ahí”, declaró Paul. Los experimentos incluían descargas eléctricas adicionales durante lapsos de hasta 10 minutos, seguidas de la sección de la médula espinal para paralizar la parte inferior del cuerpo, continuando con las descargas pese a la parálisis. Además, los investigadores hicieron que los gatos defecaran canicas introducidas previamente en sus rectos.

Infección de gatos con COVID-19

El informe también destaca que el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas y el Departamento de Agricultura destinaron más de 2 millones de dólares para estudiar la transmisión de COVID-19 en gatos. Según Paul, más de 30 felinos fueron infectados deliberadamente con el virus, observados durante el curso de la enfermedad y luego sacrificados en grupos.

El senador cuestionó la utilidad de estos estudios, calificándolos de “bárbaros” e innecesarios: “Es un misterio por qué el Gobierno de EE.UU. sigue financiando estudios de este tipo cuando sus resultados no benefician a la sociedad o pueden obtenerse sin torturar a los animales”.

Investigaciones sobre el mareo

Otro caso denunciado fue un experimento destinado a investigar el vértigo y los efectos de los viajes espaciales en el cuerpo humano, que costó 1.5 millones de dólares. Los gatos, de entre cuatro y seis meses, eran entrenados para soportar inmovilización prolongada y posteriormente atados a mesas hidráulicas que los giraban violentamente para inducir mareos. Si el procedimiento inicial no surtía efecto, los investigadores administraban sulfato de cobre para provocarles vómito y, en algunos casos, extirpaban partes de sus cerebros.

“Es indignante pensar que los impuestos de los ciudadanos estadounidenses financien actos de crueldad que parecen sacados de una novela distópica”, concluyó Paul.

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