El sacerdote Patrick Burns, de 57 años, fue hallado muerto en la casa cural de la iglesia Sagrado de Jesús de Windsor Terrace, en Brooklyn.

Según medios locales, el cuerpo de Burns tenía cortes en las muñecas y cerca de él había un frasco de Risperidone, una medicina contra las crisis psicóticas.
El sacerdote, además dejó una carta de 16 páginas, pero las autoridades no han revelado su contenido.