Luna llevaba doce días internada en terapia intensiva en el Hospital Español de Rosario, provincia de Santa Fe (centro-este), después de haber bebido ácido de un frasco mientras su madre recibía una consulta ginecológica en un centro de salud, hecho del que no se percataron ni los médicos ni la progenitora.
Según informaron a Efe fuentes del centro privado en el que estuvo ingresada la bebé desde el pasado 26 de mayo, el lunes los médicos le habían diagnosticado muerte cerebral y, finalmente, murió por la noche.