Un ex militar llamó a los servicios de emergencia del condado de Hillsborough, en La Florida, para avisar que le había disparado a su esposa y su hijastra por lo que necesitaba ayuda.
Thomas Shultz, de 64 años de edad, fue quien alertó de los homicidios «Estoy en una situación imposible y planeo hacerme daño», advirtió a la operadora.
Luego el ex aviador estadounidense le dijo «Me tengo que ir, me estoy preparando para pegarme un tiro» y colgó la llamada telefónica.
Una vez que la policía llegó a la vivienda, ubicada en Riverside, encontró tres cuerpos sin vida los cuales presentaban impactos de bala; incluyendo al hombre que había llamado al 911.
Su esposa, de 80 años, yacía sin vida sobre su cama mientras que su hijastra, de 50, fue encontrada en otra cama con un tubo de alimentación conectado a su cuerpo. Ambas fueron asesinadas con un arma de fuego mientras dormían.
El cadáver de Shultz fue descubierto en el garaje trasero de la vivienda y junto a él fue encontrado un revólver.
La hijastra del hombre sufría de una enfermedad terminal y también su mamá, por lo que se sospecha que esa situación obligó al hombre a acabar con su sufrimiento y de él mismo, según declaró el alguacil Chad Chronister.