La tormenta Harvey, que tocó hoy tierra en el estado de Luisiana, Estados Unidos, ha causado la muerte de más de 30 personas, una cifra que se espera aumente a medida que los servicios de emergencia se abren camino entre las aguas.
En las últimas horas, las autoridades del área de Houston, donde viven 6,5 millones de personas, han confirmado la muerte de seis miembros de una familia hispana cuyo coche fue arrastrado por las fuertes aguas cuando trataban de salir de la ciudad.
Mientras aumenta la cifra de fallecidos, las labores de rescate continúan y las autoridades tratan de reforzar las infraestructuras para evitar, entre otras cosas, la ruptura de dos presas cercanas a Houston que ayer ya comenzaron a desbordarse, forzando más evacuaciones.
Precisamente en Houston, un albergue con capacidad para cien personas se inundó durante la noche y tuvo que ser evacuado, informaron las autoridades del condado de Jefferson, al que pertenecía ese refugio.
Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC), en la madrugada de hoy, la tormenta comenzó a alejarse de Houston (Texas), donde se mantienen las alertas por inundaciones, y tocó tierra en la frontera entre Texas y Luisiana.
Con unos vientos sostenidos de 45 millas por hora (72 kilómetros por hora), la tormenta impactó al oeste de Cameron (Luisiana), una localidad de 406 habitantes que vio descender su población en un 79 % entre los años 2000 y 2010 debido al impacto del huracán Rita en 2005 y el huracán Ike en 2008.
En Luisiana, sin embargo, el huracán que se mantiene más fresco en la memoria colectiva es el Katrina, uno de los desastres naturales más mortíferos de EUA con más de 1.800 víctimas mortales.
Los meteorólogos del Centro Nacional de Huracanes esperan que Harvey vaya debilitándose progresivamente durante el día hasta convertirse en una tormenta tropical por la noche.
Harvey dejará grandes cantidades de lluvia en Luisiana antes de desplazarse a los estados de Arkansas, Tennessee y Misuri, donde también podría dejar inundaciones.