Encadenados y hambrientos, así fueron encontrados 12 hermanos, en un poblado cerca de Perris, al suroeste de Los Ángeles, California, según informan las autoridades policiales.
Medios locales reportan que el hallazgo de los menores fue posible porque una de las víctimas, de 17 años, logró escapar de la vivienda y consiguió llamar a emergencias desde un teléfono celular que encontró en la casa.
La adolescente, que estaba «demacrada» y parecía tener solo diez años según el comunicado de prensa de la policía, «afirmó que sus doce hermanos y hermanas fueron mantenidos cautivos dentro de la residencia por sus padres, precisando que algunos de ellos estaban atados con cadenas y candados».
Los agentes se dirigieron entonces a la residencia de David Turpin y su esposa Louise, de 57 y 49 años respectivamente, donde encontraron a varios niños encadenados a sus camas en la oscuridad y en medio de un olor pestilente.
En principio, la policía pensó que las 12 personas encontradas, «desnutridas y muy sucias», eran todas menores de edad, pero luego se dieron cuenta de que siete eran adultos, de entre 18 y 29 años.
Seis de las 13 víctimas (incluida la adolescente que dio la alerta) eran menores, y el más pequeño tiene apenas dos años.