Una mujer de 27 años vivió momentos de terror absoluto cuando cayó de un puente ferroviario de 5 metros de altura y pasó dos horas suspendida en el aire, aferrada únicamente al cordón del zapato de su marido. El dramático incidente ocurrió durante un paseo navideño en una zona rural de Araquari, Brasil, en un área sin señal telefónica.
Ester Florindo y su esposo disfrutaban de un momento tranquilo sentados en un antiguo puente cuando ella resbaló y cayó al agua. La joven, quien no sabe nadar, intentó subir varias veces pero sus fuerzas no dieron para tanto.
«Intenté alcanzar su mano, pero no tenía fuerzas y me caí, nuestras manos se resbalaron«, contó Florindo a medios brasileños. En su desesperación, la mujer llegó a pedirle a su marido que la dejara y buscara ayuda.
El hombre se negó rotundamente. «Dijo que no aflojaría los lazos que nos unían«, relató la sobreviviente mientras recordaba esas horas interminables en las que temía que la corriente del río creciera en cualquier momento.
La carrera contrarreloj de los rescatistas
Los bomberos enfrentaron enormes dificultades para llegar al lugar, accesible solamente a través de un sendero por la vía férrea. El sargento Helton Vicente Voltolini se convirtió en héroe al correr 3 kilómetros para alcanzar a la víctima lo más pronto posible.
«No sabíamos cuánto tiempo podría aguantar este cordón improvisado. Podía romperse en cualquier momento. Así que corrí lo más rápido que pude«, explicó el bombero, quien aparece en un video sacando a la mujer del agua.
En las imágenes del rescate se escucha a Ester decir que pensaba que iba a morir, mientras el valiente sargento la tranquilizaba: «No. No bajo mi supervisión«, le aseguró con firmeza mientras la ponía a salvo.
La mujer sufrió heridas en brazos, piernas y pies por el contacto prolongado con la estructura de concreto del puente. Los servicios médicos la trasladaron a la Sala de Emergencias de Araquari para tratarla debido al contacto con herrajes oxidados y agua contaminada.
Su marido tampoco salió ileso. Presentó abrasiones en pecho y brazos, y quemaduras en la espalda tras recibir el sol directo durante las casi dos horas que mantuvo a su esposa sujeta al cordón de su zapato, en una muestra de amor y resistencia que les salvó la vida.