Las autoridades estadounidenses investigan el conductor del camión hallado repleto de inmigrantes en Texas, cerca de la frontera con México, en el que murieron 10 personas, forma parte de una red de tráfico de indocumentados en ese país.
La Fiscalía estadounidense acusó James Bradley Jr., de 60 años y originario del estado de Florida, por «transportar inmigrantes ilegales», el hombre tenía antecedentes penales y su licencia de conducir había expirado.
El conductor tenía acusaciones de violencia doméstica y violación de la libertad provisional.
Bradley puede enfrentar cadena perpetua o la pena de muerte por conducir el camión en el que se hallaron 39 migrantes amontonados, dijeron las autoridades.
Ocho murieron en el camión y el resto fue llevado a hospitales, con casos de deshidratación y golpe de calor. Dos murieron en el hospital, uno el domingo y otro el lunes.
Siete de los fallecidos eran de origen mexicano. Otras 17 personas, entre ellas dos niños continúan internados en el hospital, varios de ellos se encuentran en estado crítico.
El Consulado General de México en San Antonio da seguimiento puntual a la situación médica de los sobrevivientes y brinda atención a las familias de todas las víctimas, según un comunicado de la secretaria de Relaciones Exteriores.
Por ello, se iniciaron acciones para facilitar la visita de los familiares a los hospitales y los trámites para la repatriación de los mexicanos.
«El Gobierno de México expresa su gran pesar y reitera sus condolencias a los familiares de las personas que perdieron la vida en este lamentable incidente. Asimismo, alerta a todos los migrantes sobre los altos riesgos que conlleva el uso de redes de tráfico de personas», concluyó la SRE.