Al menos 500 estudiantes están enfermos en China, varios de ellos en estado grave, tras determinarse que su escuela fue construida sobre un terreno en el cual había antes tres centrales químicas, detectándose grandes cantidades de clorobenzeno en el suelo.
Los 2,400 niños del colegio de Changzhou recién habían estrenado sus nuevas aulas apenas hace un año -todo era nuevo- pero había un problema nunca se entregó el informe de impacto medioambiental.
No sólo el suelo estaba contaminado también las aguas subterráneas que circulan debajo de las instalaciones educativas.
De todos los niños que estudiaban en ese centro 641 presentan distintas enfermedades que van desde tos crónica o anormalidades en la sangre hasta leucemia.
El caso es considerado como uno de los mayores escándalos medioambientales vividos en la historia de ese país.