Las costas del Pacífico sur enfrentan un fenómeno de oleajes anómalos que ha generado olas de hasta cuatro metros, dejando un saldo trágico de dos personas fallecidas, múltiples viviendas destruidas y daños significativos en embarcaciones e infraestructura.
Este fenómeno, atribuido a tormentas en alta mar y variaciones en las corrientes oceánicas del hemisferio norte, afecta particularmente a comunidades pesqueras y turísticas en Perú, Chile y Ecuador.
En Perú, los oleajes han forzado el cierre de más de 100 puertos, incluidos Talara, Paita y Callao, mientras la Marina de Guerra advierte que el fenómeno podría prolongarse más allá del 1 de enero de 2025. En Ecuador, la provincia de Manabí ha registrado víctimas mortales y pérdidas materiales, llevando al gobierno a evacuar zonas críticas y cerrar playas. Por su parte, Chile ha reportado daños en Viña del Mar y Valparaíso, con advertencias de la ONEMI para evitar actividades costeras.
Las autoridades de los tres países continúan monitoreando la situación y han implementado medidas como el cierre de playas, evacuaciones y vigilancia constante para mitigar riesgos. Mientras tanto, el fenómeno destaca por su duración y severidad, generando preocupaciones sobre sus impactos económicos y sociales en las regiones costeras.