Al final, a los quince años de Rubí Ibarra no llegaron las más de un millón de personas que originalmente aseguraron que irían.
Pero varios miles sí se desplazaron hasta una zona rural de México para asistir a la fiesta, que se volvió viral luego de que su padre la anunciara por internet a través de un video.
El evento atrajo familiares, amigos, personalidades locales y extraños, así como la prensa deseosa de cubrir lo que se esperaba sería una celebración legendaria.