Una mujer boliviana, de 53 años de edad, tuvo que ser operada de emergencia para retirarle dos pinzas de 16 centímetros de largo que estuvieron dentro de su abdomen durante 16 años tras haber sido sometida a una cirugía de vesícula en la ciudad de Cochabamba.
Dos médicos forenses, en presencia de un policía y funcionarios de la fiscalía boliviana, estuvieron presentes en el procedimiento quirúrgico para extraerles las pinzas a la señora, que es de origen humilde y cuyo nombre no fue dado a conocer por las autoridades.
Las pinzas quirúrgicas permanecieron todo este tiempo dentro de su cuerpo cubiertas por una carnosidad que le salvó la vida a la paciente, según explicaron los galenos.
Ella jamás se imaginó que tenía esos objetos en su cuerpo, dejó de trabajar y perdió gradualmente sus fuerzas, no podía estar de pie, ni sentada, le costaba dormir y nunca se percató de lo que realmente le sucedía, explicó su abogada Jhazmina Loza.
En tanto el médico que dejó olvidados los instrumentos dentro de su cuerpo fue denunciado por lesiones gravísimas, provocarle incapacidad laboral y exposición de personas al peligro.