Fermín Tapia, tenía 23 años, y su sobrina Micaela Albán, de 17, habían huido de su casa porque su familia no aceptaba su relación de incesto, hasta que sus cuerpos fueron hallados en una humilde vivienda, en Argentina.
Según medios locales, el cuerpo del tío, estaba colgando con una soga al cuello y en el interior del cuarto sonaba música a alto volumen. Ella estaba muerta, encima de la cama y con el cuerpo cubierto por una frazada, sin signos de abuso sexual.
Micaela tenía marcas de ahorcamiento mecánico en el cuello. Debido a ello, una de las hipótesis de la policía de Argentina es que se trataría de un feminicidio, cometido por su tío y pareja.
Tampoco se descarta que ambos jóvenes hayan realizado un pacto suicida, pues su familia rechazaba la relación incestuosa.
Los cadáveres de ambos jóvenes serán trasladados al Servicio de Tanatología Forense de Argentina, donde se podrá establecer la causa exacta de la muerte de tío y sobrina.