El joven Sam Ballard, de 29 años de edad, falleció tras permanecer durante una década en estado tetrapléjico luego que durante un gran bacanal decidió tragarse una babosa entera como parte de un reto de sus amigos borrachos.
Los hechos ocurrieron durante una fiesta privada realizada en el año 2010 en la ciudad de Sídney; sus amigos encontraron una babosa en el jardín de una vivienda y le propusieron al atleta el reto de ingerirla. Sam aceptó el mismo luego de ingerir varios tragos, y decidió comérsela viva y completamente cruda.
Tragarse este molusco por sí solo no representa mayor peligro que el asco que pueda provocar en nuestro organismo; sin embargo en este caso el animal estaba infectado con un parásito llamado angiostrongylus cantonensis.
Este parásito es conocido como lombriz pulmonar de rata y aunque generalmente no causa mayores problemas a los seres humanos puede provocar mengoencefalitis eosinifílica; que es lo que precisamente le ocurrió a Sam causando que estuviera en estado de coma durante 420 días.
Este muchacho falleció en el hospital de Hornsby, en Australia, rodeado de veinte amigos, muchos de los cuales lo incitaron a tragarse la babosa en aquella fatídica fiesta. Ellos jamás lo abandonaron y decidieron recaudar fondos para su tratamiento médico luego que el seguro australiano decidió recortar sus gastos médicos de 383 mil a 100 mil dólares.
Uno de los amigos de Sam afirmó que sus últimas palabras fueron “te amo”, frase que siempre le decía a su mamá Katie.