Recientemente, un estudiante de doctorado en antropología realizó un descubrimiento asombroso en la selva de Campeche, México, mientras investigaba material para su tesis. Luke Auld-Thomas, al revisar un estudio previo que utilizaba tecnología LiDAR, se topó con datos que revelaban la existencia de una ciudad maya desconocida: Valeriana.
Este sitio arqueológico, que abarca 16,6 km², cuenta con estructuras impresionantes como plazas, pirámides y un juego de pelota, lo que pone de relieve la sofisticación de las civilizaciones antiguas de la región.
El hallazgo fue posible gracias a la tecnología LiDAR (Light Detection and Ranging), que utiliza rayos láser para mapear áreas cubiertas de vegetación. En un estudio de 2013 centrado en el monitoreo ambiental, se identificaron 6,674 estructuras mayas hasta entonces ignoradas. Auld-Thomas, guiado por su instinto investigador, profundizó en estos datos, lo que llevó a la identificación de Valeriana como un importante asentamiento del período Clásico (250-900 d.C.).
Los investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México y diversas universidades han subrayado la relevancia de Valeriana en la comprensión del desarrollo social y urbano de las civilizaciones mayas. La ciudad no solo se destaca por su organización urbana, que incluye plazas cerradas y un sistema de embalses, sino que también revela la densidad poblacional que pudo albergar entre 30,000 y 50,000 habitantes en su apogeo.
Este descubrimiento no solo subraya la importancia de las ciudades mayas en la historia de América, sino que también resalta la necesidad de explorar áreas poco estudiadas. Con el uso de tecnologías modernas como el LiDAR, los arqueólogos tienen la oportunidad de revelar la rica historia de civilizaciones que, de otro modo, permanecerían ocultas en la densa selva mexicana. La historia de Valeriana es un recordatorio fascinante de que aún hay mucho por descubrir sobre el legado de los mayas.